Apatía electoral

César Ulloa-Tapia

La apatía y la fatiga cívica son consecuencias de un proceso sistemático de fragilidad institucional que se agudizó con la revolución ciudadana, debido al modelo hiperpresidencialista que establece la Constitución de Montecristi, la estrategia populista de Rafael Correa y el sistema de partido predominante, sin perder de vista que el Ejecutivo tenía el control de las demás funciones del Estado que impedía transparencia y una lucha abierta contra la corrupción y la impunidad. El ambiente de polarización creado por el anterior Gobierno desgastó los ánimos de la ciudadanía. Después de la bronca diaria generada por el expresidente con sus enemigos reales y enemigos creados, ni siquiera alcanza con un ambiente de paz. La recomposición del tejido social es una tarea pendiente y de largo plazo.

Eso explica los altos porcentajes de indecisión para la elección de autoridades locales, así como para los candidatos para el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Pasamos de un ambiente de polarización política (buenos contra malos) a otro de multipartidismo fragmentado. Para muestra un botón, en Quito hay 18 candidaturas que se disputan la Alcaldía y las encuestas, que son una radiografía del momento, determinan que los más opcionados llegarían con poca legitimidad, si así se mantuvieran las tendencias.

La actividad política pasa por uno de los peores momentos. La resaca del populismo es costosa y no se resuelve de un momento a otro. La búsqueda y el encuentro de los matices entre los extremos demanda voluntad, pero también compromiso. Uno de los retos es que el Ecuador deje los últimos lugares de participación en la región. Eso significa que hay que fomentar mecanismos para que la población se involucre en la deliberación pública, en las organizaciones sociales, en asambleas ciudadanas y en el diseño, gestión y evaluación de las políticas.

La verdadera encuesta será el 24 de marzo para la elección de las autoridades, pero eso no significa que el acto obligatorio de votar remedie los síntomas del malestar con la política y los bajos niveles de la calidad de la democracia.

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