Así no, señor Presidente

Luis Muñoz Muñoz

Sorprende que para paliar la crisis económica en la que nos sumió Rafael Correa se ejecute despidos masivos en el sector público, que afecta a los contratados y a los que tienen contrato ocasional, que están amenazados, de ser cesados en sus funciones, bajo el ardid de reducir el tamaño del Estado.

Lanzar a la desocupación a miles de contratados es una monstruosidad sin nombre jamás antes registrada, ni en los gobiernos de facto, lo común es el cese de empleados de libre remoción, y que hoy están inamovibles en sus cargos. Resulta “que la cuerda se rompe por el lado más débil”, por los que no tienen “palancas” y no pueden defenderse, aquellos que ganan sueldos paupérrimos, para mantener modestamente sus hogares, precisamente a ellos el Estado lanza sus dardos, para negarles un “mendrugo de pan”, aunque en el discurso se contradigan predicando la solidaridad con los pobres y en la práctica hacen lo contrario.

No tocan la Asamblea Nacional, en donde existen “pipones” que han usufructuado del Estado y se han hecho millonarios de la “noche a la mañana”. Con lanzar a la desocupación y condenarlos a morirse de hambre a los empleados de bajo rango y a su familia, no se ha solucionado nada.

Las verdaderas soluciones son otras, entre ellas, incrementar la agricultura, la ganadería, la industria, la minería, recuperar los millones de dólares que se llevaron los corruptos, crear fuentes de trabajo, generando empleos y no suprimiéndolos, como lo ofrecieron en campaña electoral, pero aplicar el “dogal”, a los más necesitados, es llevarlos al cadalso para una muerte segura y lenta.

Pedimos reflexión al Jefe de Estado, para que revoque su decisión y les otorgue el nombramiento definitivo para su estabilidad laboral. Si hablamos de Justicia Social empecemos por la gente pobre que a duras penas mantiene su familia, no les causemos más dolor del que están viviendo, debatiéndose entre el hambre y la miseria. (O)