Alianza del Pacífico

Richard Salazar Medina

El país ha festejado exultante por el campeonato sudamericano de fútbol Sub-20, en el cual quedamos campeones. No es para menos, un pequeño país que durante el siglo XX estuvo acostumbrado a perder es hoy semillero de campeones de talla mundial. Pero hay otros temas que no podemos perder de vista. La máxima romana “al pueblo pan y circo” en nuestro contexto funciona infaliblemente.

El año pasado el Ecuador pidió anexión a la Alianza del Pacífico, un acuerdo de integración comercial cuyos estados miembros son Chile, Colombia, México y Perú, lo cual no es poco decir. El bloque representa el 37% del PIB, el 52% del comercio y el 45% de la inversión extranjera directa en la región. En julio pasado se recibió la solicitud ecuatoriana de entrar como Estado Asociado, para iniciar negociaciones que concluyan con la inclusión plena de nuestro país como miembro. Se analizarán las condiciones del país que no es el único que ha solicitado anexión, también lo hicieron Corea del Sur, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur.

Las negociaciones no serán cortas ni sencillas. Para ser aceptados y hacerlo bien, nuestro país tiene un importante camino que recorrer. Tiene serias deficiencias en nivel de competitividad y no únicamente por ser un mercado pequeño. La balanza comercial es deficitaria respecto a los países que este momento conforman el bloque. Por ello necesita generar una política apropiada, que no es tarea únicamente del Estado, sino del sector privado, pequeños, medianos y grandes empresarios, de la mano con la academia.

Hay que comprender que no puede existir divorcio entre estos sectores sino al contrario, deben realizar una triangulación virtuosa que nos lleve a ser competitivos no solo por precios sino por calidad, creatividad e innovación. El Gobierno debe tomar la iniciativa apropiadamente y recibir el respaldo de todos los actores, incluida la ciudadanía. La calidad no solo es cuestión de buena fábrica, es una suerte de chip cultural de la sociedad.

La innovación es imposible sin investigación e inversión, tarea que le corresponde al sector privado, que generalmente se ha mostrado reacio a invertir. Si Ecuador y el resto de los países mencionados llegaran a ser parte, la Alianza del Pacífico sería un bloque muy potente frente a los desafíos comerciales globales, por lo que no deja de ser una oportunidad al tiempo que un gran reto. ¡A trabajar se ha dicho!

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