Redes sociales

Para nadie es desconocido, aunque no manejemos con precisión datos financieros, que en el mundo les ha producido millonarias ganancias la presencia comercial de la telefonía celular y sus diferentes sistemas de comunicación. Niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, todos, casi sin excepción, en una verdadero espectáculo diverso, intercultural y social, contamos con uno de estos pequeños aparatos que contienen grandes y amplias posibilidades de comunicación hablada y escrita, así como información actualizada en los distintos campos de la vida.


En la actualidad se utiliza mucho las redes sociales, al punto que asesores de candidatos políticos aseguran que lograron efectivos resultados en el electorado por medio de un trabajo permanente, sistemático y oportuno en redes sociales, lo que concita la atención ciudadana y captar simpatías y hasta inclinación del voto. Más allá de si es cierto o no que algunos han ganado las elecciones con fuerte incidencia de estos medios alternativos de comunicación, la verdad es que también se usa por parte de mediocres, agresivos, altaneros, estos sistemas para ofender, desfogar frustraciones y decir barbaridades, porque lamentablemente hablar y escribir, sin freno alguno, hasta con pésima ortografía, no exige mayor esfuerzo y lo puede hacer quien apenas dejó de ser analfabeto.


En este semana, esencial y de enorme importancia religiosa, de reflexión y paz, de mesura y compromisos, considero indispensable pedir, porque no soy nadie para exigir, que como latacungueños y cotopaxenses, hombres y mujeres que vivimos en nuestro hermosa provincia, ocupemos las redes sociales con sentido positivo, para intercambiar información, para un acertado ejercicio comunicacional, para opinar con criterio, pero jamás para el insulto, peor para ofender la dignidad humana y caer en planos aberrantes del odio y el resentimiento. Amén compatriotas, dignifiquemos las relaciones humanas.