El negro se niega ‘absolutamente’ a ser parte de los que callan

EXPRESIÓN. El baile de marimba es una de las formas que más utilizan los negros para recordar sus orígenes africanos.
EXPRESIÓN. El baile de marimba es una de las formas que más utilizan los negros para recordar sus orígenes africanos.

Redacción ESMERALDAS

Desde siempre al negro le quisieron quitar su identidad. Muchos lo lograron. En ese intento, los esclavizadores utilizaron la carimba para ‘marcarles’. El patrono ponía ese hierro caliente sobre la piel del esclavo, tal como el ganadero tatúa a las reses. Era un acto toralmente cruel.

“La carimba, hierro malvado con nuestras propias manos forjado y hasta moldeado. Apunta de rebenque danzado, nos convirtieron en artesanos de la marca para los esclavos. Yace la carimba caliente con las iniciales del gamonal en la fragua, en lo más ardiente de esa hoguera infernal”, lo decía con fuerza al declamar su poema ‘Las huellas de la carimba’ el defensor de la negritud, Diógenes Cuero Caicedo (+).

En el recorrido por los mercados del mundo, donde el negro era vendido y tratado como si fuese un animal, también se le impusieron ciertas religiones, una de ellas la Católica, que estaba arraigada a los modos de vida de sus amos.

‘No, rotundamente, no’

Pero ese hombre ‘de piel como la noche’ encontraba la forma de recordar a sus dioses africanos: Oshún, Oggún, Olorún Ossain Obbatalá… A ellos les cantaban con la marimba, el piano de la selva. La propuesta actual de ciertos gobiernos es que deje de ser negro. La moda invita a eliminar el ‘chischís’ de su cabello, hablar refinado y no bailar la marimba para incursionar en otros ritmos a cambio de ser ‘incluido’ o aceptado.

Una vez más el negro dijo no. Manifestó: “Me niego rotundamente a negar mi voz, mi sangre y mi piel, y me niego a dejar de ser yo, a dejar de sentirme bien cuando mi rostro en el espejo está con mi boca rotundamente grande. Y mi nariz rotundamente hermosa y mis dientes rotundamente blancos, y mi piel valientemente negra. Y me niego categóricamente a dejar de hablar mi lengua mi acento y mi historia…”. Y así lo hizo.

El negro esmeraldeño Diógenes Cuero Caicedo se negó a que le llamaran afro. “Soy negro”, lo gritaba en vida y a todo pulmón el hombre que siempre lucía camisa blanca y traje, como abogado en audiencia.

Cómo se identifican

En 2010 el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos realizó el Décimo censo de población y vivienda. Ese día se le preguntó a los ecuatorianos que ¿cómo se identifican? El 4,25% de la población afirmó que se identifica como afro-ecuatoriano y el 1% como negro, se ve y se siente negro. La sumatoria de ambos ítems no les alcanzó para ser parte de las mayorías.

En los encuentros afros, pese a que son parte de la minoría, sus voces retumban como bombo en fiesta.

Y siguen gritando: “Me niego absolutamente a ser parte de los que callan, de los que temen, de los que lloran, porque me acepto rotundamente libre, rotundamente negra, rotundamente hermosa”, menciona Shirley Campbell Barr en la enciclopedia del Saber afro-ecuatoriano. (MGQ)

HONOR. La marimba en 2015 fue declarada por la Unesco como instrumento inmaterial de la humanidad.
HONOR. La marimba en 2015 fue declarada por la Unesco como instrumento inmaterial de la humanidad.

Costumbres e instrumentos

Desde siempre el canto y los instrumentos como la marimba, el cununo, la guasá y el bombo, han acompañado a los negros de origen africano llegados al Ecuador.

La religiosidad está anclada en sus genes. Una de las formas de expresar es por medio del arrullo. Ese canto lo utilizan especialmente en ceremonias religiosas, velorios de angelitos, fiestas de santos y recordatorio del nacimiento del Niño Dios.

La marimba como instrumento es el ícono de la negritud. Con esta hacen que sus cuerpos dancen como si una fuerte corriente de energía atravesara sus cuerpos. Las mujeres utilizan faldas largas y los hombres sombreros y pañuelos. Ambos bailan descalzos y mostrando la blancura de sus dentaduras.