Poco tiempo para los preparativos de las próximas elecciones, una avalancha sin precedentes de candidatos, muchos movimientos y partidos políticos y unas controversias en el interior del Consejo Nacional Electoral (CNE) son los rasgos que caracterizan el proceso que culminará en marzo. Sin duda alguna, los muchos partidos reflejan una gran debilidad institucional, más que una fortaleza de nuestra democracia.
Al amparo de la pluralidad y como consecuencia de la ofensiva contra la “partidocracia” en la década correísta, brotaron de la noche a la mañana una masa variopinta de políticos profesionales y debutantes en busca de financiamiento público. La mayoría a la cabeza de partidos que no representan nada o reciclan fórmulas y promesas del viejo quehacer político u otras ajenas a la realidad económica y social que vivimos.
La situación del Consejo, sin embargo, conduce al desconcierto e incertidumbre tanto en los electores como entre los candidatos y sus organizaciones. Para colmo, abona el terreno un informe presentado por un sector de los consejeros sobre ‘Financiamiento ilícito en campañas electorales’, en que no se establecen nombres, casos concretos o ubicación de presuntos ilícitos.
Los autores del informe de marras sostienen que es un diagnóstico sobre cómo se puede “contaminar” el proceso a través de financiamiento ilícito de las campañas. Introduce, con o sin razón, dudas y cuestionamientos que debieron solventarse en una primera instancia dentro del propio CNE, y de tener méritos suficientes ponerlos en conocimiento de la Justicia. Poco favor que se hace a nuestra enclenque democracia.
Divide las dificultades que examines en tantas partes como sea posible, para su mejor solución”. René Descartes Matemático francés (1596-1650)
La realidad es relativa, depende de con qué lente la mires”. Sylvia Plath Poetisa estadounidense (1932-1963)