Arcotel, entre fantasmas y conjurados

En la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) hay fantasmas que espantan o hacen espantar a quien se osa nombrar como director. O tal vez se trate de algún “gato encerrado”. Últimamente uno de los escogidos duró en el cargo apenas cinco días y su sustito renunció a los quince. En total, son seis los directores que han pasado por la Agencia. La “piedra de tropiezo” es, sin lugar a dudas, el informe de Contraloría que encontró irregularidades en el concurso de frecuencias realizado durante el correísmo.

El Ministro de Telecomunicaciones justifica los cambios, pero no abunda en el porqué de la inestabilidad de esa institución, parte muy sensible de su cartera de gobierno. Se removieron funcionarios del nivel jerárquico superior y varios asesores, también se habló de tráfico de influencias y de “limpieza de la corrupción”. Sin embargo, la adjudicación de frecuencias, en la que un par de “tiburones” se despacharon a su antojo, ha sido públicamente revisada, discutida, impugnada y analizada al derecho y al revés.

Su arbitrariedad e ilegalidad se ha demostrado una y otra vez, pero sigue incólume. En Arcotel reinan el misterio y la sospecha, en tanto el informe de Contraloría sigue sin ejecutarse. Cualquiera diría que el asunto debería acabar en instancias judiciales, dado que el Ministerio del ramo no se muestra capaz de afrontarlo responsablemente y ejecutar sus indicaciones. Entre la opinión pública cada día que pasa se disparan conjeturas de todo tipo. Muchos creen que estamos ante una conjura en la que hay conjurados de altos vuelos.

¿Hasta cuándo durará tamaño embrollo?


En materia de negocios, nada hay efectivo mientras no estén terminados”. Charles Maurice Talleyrand Diplomático y estadista francés (1754-1838)

Lo que es negocio de todo el mundo no es negocio de nadie”. Ernest Thomas Sinton Walton Físico irlandés (1903-1995)