Diezmos y primicias

José Naranjo

Diezmo viene del Latín decimus, décimo y tiene dos etiologías, una civil impositiva y otra religiosa y voluntaria, la primicia es la ofrenda que en el origen de las religiones o actos espirituales y creencias de los pueblos primitivos se daba a las divinidades con ocasión de las cosechas o el nacimiento de las crías de ganado, de ahí el termino primicia o fruto primero.

El diezmo la iglesia lo instituyó en la edad media como un auténtico impuesto incorporado a los beneficios eclesiásticos hasta bien entrado el siglo XIX y pudo ser el inicio del concepto de hacienda o tesoro público; así que como concepto lo que en Ecuador se ha practicado como diezmo político guarda relación con los orígenes preestablecidos, claro que en la manera que se lo ha practicado tan soterradamente y con un tinte de imposición ideológica lo hace ver como algo que no guarda el concepto de un aporte que sirva para el sostenimiento de una organización que lo utilice para una formación de sus bases trasmitiendo los principios éticos y morales para un sostenimiento de los mejores ideales políticos para una sociedad; se ve que sirvió muy poco para esa razón y más bien llegó a engordar las cuentas de los recaudadores de turno.

Esto se viene acarreando desde mucho antes, tal vez el modus operandi difiera en algo, conozco un ex alto funcionario del régimen anterior al que le descontaban directamente del mensual su aporte del 10% y conozco también que en otros gobiernos requerían un aporte de toda una institución seccional donde un miembro de su partido la dirigiera como cuota mensual. Que tal sería que una buena práctica se regularice y que los ciudadanos adherentes a un partido transparenten esos aportes para el sostenimiento de su trabajo político evitando los empresarios electoreros y que sus dirigentes respondan por su manejo y buen uso, pudiendo inclusive descontar del impuesto personal ese valor.