Aprender con esfuerzo

Richard E. Ruiz O.

La principal explicación de los logros y deficiencias de lo que ha sucedido en el aula (lugar donde se produce el aprendizaje) es el esfuerzo. Necesitamos entonces un modelo centrado en el esfuerzo”.

Estamos finalizando el primer quimestre, y los estudiantes y docentes debemos medir el propósito para este tiempo ¿Cuál ha sido nuestro propósito como estudiantes, docentes, para el primer quimestre 2019? Muchos educadores, por ejemplo, tendrán que pensar sobre: ¿Cómo han desarrollado la práctica de la enseñanza con sus estudiantes? Considero que algunos docentes desconocen el contexto en el que viven o se desenvuelven sus estudiantes. Reflexionar en la práctica de la enseñanza, para muchos es una carga de la que quieren huir.

Debemos comprender que, para aprender, se requiere invertir tiempo, energía. Muchos recibiremos en este quimestre no solo calificaciones, sino también lo que hemos sembrado. Simón Bolívar decía: para el logro del triunfo, siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.

Muchos estudiantes hablan de la ley del mínimo esfuerzo, es decir, algunos buscan conseguir el máximo de resultados con el mínimo gasto posible de energía. Todos los procesos de cambio y aprendizaje por los que pasamos para progresar en nuestro desarrollo humano requieren un esfuerzo sostenido y consciente. El esfuerzo se asume y se aprende cuando la tarea tiene sentido. No creo que una «pedagogía del esfuerzo» dependa del número, ni de la frecuencia de las tareas y exámenes, sino «del sentido del trabajo y del ejemplo de los profesores».

Comprendamos las palabras de José Martí: “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive, es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podría salir a flote. Cambio y fuera. (O)

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