Ser realistas y rectificar

Ante la presión de la opinión pública, la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera canceló la Resolución 471, mediante la cual se pretendía calcular el interés en las tarjetas de crédito, desde la fecha en que se realizaba la compra del bien o servicio, lo que afectaba directamente a una mayoría de tarjetas habientes de sectores populares. Rectificar es de sabios, pero también lo es el realismo.

Algo insólito en tiempos de crisis económica y, por contraste, ganancias multimillonarias de la banca. La procura del bien común pasa por una mejor y más justa repartición de la riqueza y en abrir la posibilidad de mayores oportunidades, en particular en los sectores de bajos ingresos que, con su capacidad de consumo mueven la economía. Constitucionalmente, vale recordar, todos somos iguales ante la Ley.

Respecto a las tarjetas, la política de los últimos años de aumentar geométricamente el número de sus usuarios en tiempos de bonanza, no consideró las situaciones de desempleo y empleo inadecuado de hoy. Los partidarios de la Resolución, “olvidan” que la pobreza pasó del 21,5% al 23,2%; y la pobreza extrema se incrementó del 7,9% al 8,4%.

La cacareada y reclamada alianza público-privada, en virtud de la cual los gremios de la producción, financieros y del comercio presionan al Gobierno, ¿acaso no tiene como objetivo estabilizar la economía y devolverla al camino del desarrollo? ¿No incluye los intereses de la mayoría de ecuatorianos? Esa alianza debe añadir sacrificios bien repartidos y balanceados, pensando en todos y en el bien de todos.


La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad”. Goethe Poeta y dramaturgo alemán (1749-1832)

La necesidad es un obstáculo indestructible; todo lo que sobre ella se lanza se estrella”. Gustave Flaubert Escritor francés (1821-1880)