Moral y cívica

AUTOR: Pablo Balarezo

“La ley más importante, tu moral; el mejor abogado, tus principios. Y, el mayor juez, tu conciencia”. El amor a la patria se llama civismo, lealtad, solidaridad, moralidad, honorabilidad, trabajo, conocimiento, razonamiento, que no permiten se agudice la perversidad de confabulaciones dogmáticas, que superviven creando, multiplicando pobreza, pues, siendo esa su visión y misión, evidencia un anacronismo sin par, que desgracia a todos los pueblos sometidos a tanta indignidad por esquizofrénicos irresponsables aglutinados para enriquecerse con los dineros del pueblo. Esto incita a endurecer el reclamo para sancionar enérgicamente a individuos no gratos en las sociedades, que han sufrido y sufren de corrupción, de impunidad, de populismo, de glorificación a asesinos que, han vivido y viven del dogma socialista, principio, que ha desplomado la moral y la cívica. Por esta tergiversación del pensamiento racional, se ha multiplicado la pobreza, y, ese es el señuelo de los delincuentes y corruptos que llegan al poder. El 17 de octubre es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, este año se cumplió el vigesimoquinto aniversario, por tanto, prohibir que, una banda delincuencial con sus ídolos de barro, estén dando mal ejemplo a las juventudes, al pueblo, al idolatrar a conocidos asesinos. Debemos ser parte de una generación ética finiquitando a la pobreza, promesa que, llegará a su límite en el 2030, según lo manifiesta el Banco Mundial. Formando una generación con honor, civismo, educación conocimiento, enfrentar la verdad amarga, dolorosa del error cometido al nombrar nuestros representantes, y, animar a la conciencia para la acción más noble: expulsar a traidores y corruptos, que no supieron cumplir con moralidad y civismo el mandato del pueblo.