El FIAVL se queda en casa

Félix Paladines P.

Todos los falsos rumores y preocupaciones concluyeron: el Festival Internacional de Artes Vivas-Loja “se queda en casa”: el 14 de enero último, en el Registro Oficial se publicó la “Ley Orgánica para la Institucionalización del Festival Internacional de Artes Vivas de Loja, como espacio de encuentro y fomento de las expresiones culturales e identidad del Ecuador”. El FIAVL “se proyecta como un importante punto de encuentro cultural en el mapa nacional, regional y mundial, que permitirá difundir el potencial cultural del país en sus diferentes aristas y facetas; así como fortalecer nuestra identidad y nuestras relaciones interculturales”.

Dispone también la Ley que el FIAVL y el Programa Nacional “Camino a Loja” (procedimiento idóneo adoptado para seleccionar a los grupos y colectivos nacionales de arte que participarán en el Festival), constituyen eventos artísticos y culturales, prioritarios y relevantes del Ecuador y sus pueblos y nacionalidades, que se desarrollarán anualmente, de forma ininterrumpida, permanente y obligatoria en el mes de noviembre, en la ciudad de Loja. Finalmente, contempla la Ley que el Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP), a través de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, su unidad desconcentrada, y el Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Loja serán las sedes logísticas, operativas y protocolarias del FIAVL, y que deberán contemplar los recursos correspondientes en sus planificaciones presupuestarias.

Ahora sí, podemos proclamar, con satisfacción y fuerza, que el Festival Internacional nos está abriendo el camino para convertir a Loja en un centro cultural moderno y vibrante. Nos aproximamos a la concreción de la utopía lojana. Ahora sí somos no solamente una ciudad consciente de su brillante historia, sino que comenzamos a avizorar con claridad hacia dónde camina la Loja del siglo XXI. El FIAVL, sin lugar a dudas, ha elevado la autoestima de los lojanos: con la experiencia vivida en las tres ediciones del Festival, pese a todos los errores que pudieron haberse cometido, sabemos que somos capaces y dignos de mostrarle al país y al mundo un megaevento artístico del más alto nivel.

En un amplio artículo del periodista Luis Fernando Fonseca, publicado en el suplemento cultural de El Telégrafo, Cartón Piedra, del 18 de enero pasado, se recogen algunos comentarios críticos de artistas escénicos que han estado involucrados en el Festival y todos, sin excepción, ahora apuntan a cómo mejorar el Festival. Esta crítica es necesaria y debe ser asimilada y corregida por los responsables de la organización del gran evento. Así, por ejemplo, el artículo de Fonseca comienza haciéndose eco de la justa queja y reclamo del prestigioso maestro Kléver Viera, quien manifiesta que no pudo disponer de un teatro adecuado, de cajón, y esto lo obligó a prácticamente “desarmar la obra”, preparada como parte del “camino a Loja”, para adaptarla a un incómodo espacio alternativo, improvisado (errores como este son solucionables y no se pueden repetir). Loja está entrando, nuevamente, en un momento histórico de activo y variado florecimiento intelectual. (O)