Un regalo de Dios

Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb

La Jornada Mundial de la Juventud, vivida en Panamá, ha constituido un verdadero regalo de Dios para el mundo, de manera especial para los jóvenes.

Es realmente significativo, el cómo la palabra de un anciano de ochenta y dos años mueve y conmueve a los jóvenes. Es que ese hombre tiene un corazón joven y cree en los jóvenes.

Sus mensajes son una gran riqueza. Me detengo en la homilía de clausura, cuando hizo tomar conciencia a los jóvenes de lo que son.

¿Y qué son los jóvenes? Él lo dijo claramente: “Son el presente, ustedes jóvenes son el ahora de Dios”.

Se convierte una muletilla en los discursos, eso de que los jóvenes son el futuro. No, para el Papa, para la Iglesia, los jóvenes son “el ahora de Dios”.

Ello constituye un desafío. Hay que darles espacio a los jóvenes en la sociedad, en la Iglesia y en nuestras vidas. No debemos decir que los jóvenes son el futuro, porque quizás, en el fondo, pensamos que son “el nunca”, porque si los ponemos en espera, esos sueños de jóvenes por cambiar todo, sabemos que se pueden esfumar o que el mundo se los va a hacer olvidar.

Y Francisco lo dice: “… les puede pasar lo mismo cada vez que piensan en su misión, su vocación, que hasta su vida es una promesa, pero solo para el futuro y nada tiene que ver con el presente. Como si ser joven fuera sinónimo de sala de espera de quien aguarda el turno de su hora. Y en el ‘mientras tanto’ de esa hora, les inventamos o se inventan un futuro higiénicamente bien empaquetado y sin consecuencias, bien armando y garantizado con todo ‘bien asegurado’…”

Pero no se queda contento, les invita a luchar por su lugar: “Ustedes jóvenes deben pelear por su espacio hoy, porque la vida es hoy, nadie te puede prometer un día del mañana, tu jugarte es hoy, tu espacio es hoy, ¿cómo estás respondiendo a esto?

Y para vivir esto, les pide a ellos la “pasión del amor hoy”. Ese amor del Señor que los debe enamorar y llevar hasta el mañana.

Esta Iglesia de Loja cree y camina con los jóvenes; espera y “apuesta” por ellos. (O)