La ciencia es el motor del cambio

POR: Fausto Jaramillo Y.

Mirando con ojos críticos, las grandes transformaciones en la historia de la humanidad, no han estado ligadas a la política, sino a la ciencia.

En un principio, al parecer, el hecho de que surgiera una especie que pudiera pararse en dos patas y que tuviera un dedo de la mano opuesto a los otros cuatro, le permitieron a este ser, el desarrollar sus habilidades para sobrevivir por sobre la de los otros seres. En esos días, aún no se habían formado sociedades que demandaran normas para su convivencia; eran apenas seres nómadas que luchaban como podían para lograr su alimento.

Pronto se inventarían las herramientas que alargarían sus brazos para alcanzar los lejanos alimentos, sin el peligro de encontrarse con otras especies depredadoras. Luego se inventarían otras que les facilitarían la vida.

Las armas, como aquella de enviar piedras y otros objetos a mayor distancia, fueron esenciales en su desarrollo.

Cuando se transformaran a sedentarios, debieron desarrollar ciencias y tecnologías que les permitiera comprender los ciclos agrícolas, diferenciar las plantas útiles y comestibles, las venenosas, las que les brindaban alivio al dolor, etc. Todas estas acciones tienen que ver con la ciencia.

Posteriormente, poco a poco los nómadas se juntaron para formar sociedades donde la cooperación de sus componentes les permitía superar los obstáculos: nació así la política.

Los imperios, donde un rey era propietario de la vida y bienes de sus súbditos, se crearon hasta que los griegos inventaron la república y la democracia, donde cada ciudadano podía y debía ejercer las diversas funciones que demandaba la organización social. Sin embargo la humanidad no estaba preparada para esta forma de vivir y los imperios siguieron adueñados del poder por varios siglos.

Creemos que la revolución francesa cambió la historia, pero nos olvidamos que antes que ella, se produjo la revolución industrial que socavó los cimientos de los reinos. Se ampliaron los horizontes y se redujeron los tiempos gracias a la máquina y los seres humanos aprendieron a vivir de otra manera.

Hoy vivimos otros tiempos, donde la computadora y las conexiones virtuales han roto, nuevamente, al tiempo y al espacio, y las demandas sociales se han acelerado. Hoy queremos resultados inmediatos y no nos asombra lo que sucede en otras latitudes, porque estamos permanentemente informados de lo que sucede en el mundo.

Es la ciencia, y no la política, la que nos ha llevado a vivir de esta manera. No podemos seguir engañados en la política, debemos educarnos para vivir en este tiempo.