Alas de libertad

Mariana Velasco

Caracas y otras ciudades son testigos de la voluntad de resistir y luchar con la convicción de que es posible derrotar al régimen. Las circunstancias son otras: crisis económica e inercia gubernamental para resolverla, carencia de legitimidad para gobernar y la recuperación de la unidad de las fuerzas democráticas, con un liderazgo que propone una política y estrategia creíbles para luchar, vencer y retornar al imperio de la Constitución.

Por primera vez los militares han sido tocados por el discurso de un dirigente político que los incluye y arropa. Los mensajes del Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, alentaron la protesta de soldados que atendieron a un llamado estructurado, sin ambigüedades ni estridencias: los invita a ponerse del lado del pueblo, pronunciarse en contra del usurpador y cumplir con la Constitución.

Heinz Dieterich, quien acompañó a Chávez en el socialismo del siglo XXI, en su artículo ‘Maduro está vencido’ señala que “la camarilla madurista ha perdido la iniciativa estratégica en esta última batalla por Caracas y no volverá a recuperarla, porque ya no tiene fuerza de resistencia”. Agrega que si “le quedara un ápice de responsabilidad y patriotismo, negociaría con los gringos y su ficha Guaidó, la solución sandinista de 1989: gobierno transitorio, elecciones libres y el reemplazo de la corrupta cúpula militar”.

En la Venezuela post-Maduro, la transición encontrará un país destruido, colapsado en lo social y económico que apenas se sostiene. Una transición implica grandes retos. Guaidó marcó la hoja de ruta: “El cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres”, para reconstruir la confianza entre los dirigentes de la oposición y la mayoría que rechaza a Maduro. El país está en el punto de quiebre.

[email protected]