Asalto del siglo

Eduardo Naranjo Cruz

Si la mayoría de habitantes de estas tierras ecuatoriales lograran analizar el podrido entramado político, arrasarían con todo lo que conocemos como sistema de gobierno. De otra manera es imposible entender cómo nos ponen la farsa en primera plana y la gente come cuento. Lanzaron la ansiada medida del FMI de subir los combustibles con el cuento del “subsidio”, y lo peor que uno de ellos, el diésel que beneficia a la oligarquía del transporte, a la que todo gobierno teme, no subió como debería, cuando parte del contrabando de este combustible lo hacen ellos mismos.

El grupo gobernante lanza unos millones en propaganda para decir que no hay subida de precios, cuando el 2 de enero la mayoría de legumbres y frutas subieron un 20 por ciento, concretamente fue un recorte a los salarios y siguiendo su estrategia publicitaria van por más, inundan las redes con falsas noticias para justificar lo que pretenden luego.

Vender las empresas estatales, entre ellas las hidroeléctricas, cuya rentabilidad está sobre el 20 por ciento, la telefónica tiene algo más, el banco Pacífico ni se diga y la petrolera ya está en parte diezmada, cumpliéndose los deseos de muchos sátrapas y parias que buscaban eso desde hace 30 años y lo peor es que de estos negocios el dinero iría a pago de una deuda que no es tal, y de cuyas negociaciones se harán ricos unos cuantos pillos con poder político.

No es posible que el país continúe hacia el abismo, mientras el público con la boca abierta ve los fuegos artificiales de una asquerosa y fraudulenta propaganda que rueda por todos los medios de comunicación, sin intuir que lo poco que mejoramos se irá al caño, con la propuesta de un modelo económico obsoleto y lleno de intersticios inductores de corrupción en grande, pero perfectamente camuflados.

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