Las encuestas


EDUARDO CHIRIBOGA APONTE


A pesar de que las encuestas son apenas fotos de una realidad en un momento dado, la exposición que las tres principales encuestadoras nacionales hicieran recientemente, deja en claro varias cosas. Que Moreno sigue bajando, pero su distancia con el segundo lugar es suficiente como para que no haya segunda vuelta, pues, si dentro de ese enorme porcentaje de indecisos, hubiere apenas un 10% que sufragase por el oficialismo, su triunfo estará asegurado. Pero también deja en claro, que Lasso, Viteri y Moncayo tendrán sobre sus espaldas el peso de que un modelo fallido, nos siga gobernando.
Tal situación descrita, abre dos probables causas. O que su empecinamiento por llegar a Carondelet pudo más que su sereno análisis de sus reales posibilidades; o que son chimbadores; o que ellos, sabiendo que no llagarán, pero que al sacar algunos asambleístas habrán remozado la defensa de sus particulares intereses grupales, así éstos sean de franca minoría. No hay que ser un gran analista para darse cuenta de que las propuestas de estos tres candidatos, son bastante similares.
Pero este probable escenario, deja otra lectura también. Que el híper presidencialismo, consagrado “sin darnos cuenta” en la Constitución de Montecristi, al haber cooptado todas las instancias del poder, lo que ha producido una actitud totalitaria y prepotente, llegando hasta el despido o amenaza de aquel funcionario que no asista a vivar al régimen cuando se lo requiera, está dejando como triste legado la división entre ecuatorianos. Los empleados contra los patrones; los pobres contra los ricos; los que no producen, poniendo trabas a los que producen; la justicia al servicio del gobierno, creando un ambiente de inseguridad jurídica generalizada.
En síntesis, se están generando serios limitantes a la libertad, al emprendimiento para el progreso familiar, se está quitando la alegría de espíritu al productor, ocasionando desempleo y desconfianza. Fue muy claro el juramento que hizo Correa ante la tumba de Fidel… Y de este escenario, deberán responder ante la historia, los tres candidatos mencionados, que fueron incapaces de unirse para cambiarle la historia al país. Dicen que la vida es como un restaurant: “Nadie se va sin pagar la cuenta”.


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