Año viejo

Daniel Jerez

En el calendario mundial, hoy es el último día del año 2018, una acumulación de 365 días que pasaron escribiendo recuerdos, aprendizajes, oportunidades, triunfos y fracasos. En realidad solo es un día más, pero en el orden social es terminar un año fiscal, replanificar objetivos, renovar contratos, terminar contratos, terminación de proyectos entre otras actividades que marcan esa planificación social, económica y política de nuestras vidas.

Continuando con ese espíritu navideño de paz, abrazos, reconciliación, se va cerrando el año deseando el tradicional “feliz año” a quien nos encontramos por la calle, similar al “feliz Navidad”. Esto hace que una o dos veces al año al menos tengamos un contacto más directo con el otro, en que la mayoría esta sintonizado en el mismo canal de esperar días mejores cuando amanezca y sea año nuevo.

Costumbres, ritos, cábalas que comienzan, hay que usar interior amarrillo, correr por las calles con una maleta, comer uvas, confeccionar el monigote de año viejo y el testamento que despide a este bendito 2018. Poniéndole mucha fe cuando practicamos cada una de estas costumbres, latigueando al monigote con furia, enviando el globo de deseos o saltando mientras el año viejo se quema.

Sin el afán de sonar pesimista, la realidad es que se termina un año con nuevas medidas económicas, ambiente electoral, en crisis migratoria, con índices altos de suicidio y problemáticas sociales que inundan los medios de comunicación. Pero también con un país, una provincia y una ciudad que aún tiene oportunidades en cada uno de los ciudadanos que debemos ponernos el reto de mantener ese espíritu navideño de solidaridad, benevolencia, de mejores deseos para el prójimo, de compartir, de que la familia es lo primero y de esta forma empujar a que exista un mejor mañana para todos y así, en el año viejo 2019 no sean tantos deseos, sino agradecimientos porque todo mejoró, donde se puede tener una sociedad más justa, inclusiva, solidaria y con buenos seres humanos.

Estimados lectores quiero desearles un feliz año y agradecerles por la oportunidad de poder compartir con ustedes estos cortos pensamientos que buscan aportar a la construcción de mejores días.