Y, se va diciembre…

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

Relajémonos un poco, después de pasar un año de tanta pesadumbre con las andanzas de Rafa y su combo, dos vicepresidentes procesados penalmente por delitos y un presidente igualmente implicado en procesos penales, por ser el autor intelectual de una variedad de delitos, que van desde el secuestro, cohecho y todos por la extrema ambición al dinero y la riqueza.

Pero bueno, seguramente como todo en Ecuador, pasará lo mismo que con Mahaud y Bucaram, en poco tiempo se acabará el cuento y los cuentos jurídicos y la plata estoy seguro nunca regresará, se quedarán con el dinero. Pero las graves consecuencias para la población nunca le serán ajenas, porque el hambre y la miseria no tienen penicilina que la cure, esta calcina el estómago vacío y lacera el alma.

Sin embargo, los pobres pasarán invisibilizados, con sus calzones parchados y con un pan y un vaso de agua, como aguinaldo tendrán las piedras de sus calles polvorientas y cualquier pedazo de madera y si tienen algún par de medias, harán una pelota con tierra o periódicos viejos.

Para otros que alguna vez conocieron la pobreza, hasta antes de llegar a la función pública, ahora tendrán en su mesa pavo, los mejores vinos y coches finos a la puerta de sus casas y qué decir de las cuentas bancarias, gozarán junto a su familia de lo robado al pueblo, sin botar una lágrima.

Renunciaron alcaldes, prefecta y concejales, van por el vuelto, dejando a la población con las ofertas de campaña no cumplidas y en ciertas obras hechas a medias, nos dejan la maldición gitana, el agua potable sin resolver, con los mismos problemas técnicos que nos tienen a cuenta gotas, ya deben saber los de Atacames, que agua para ellos no habrá porque el caudal de la toma no es adecuado y por tanto no alcanza para bombear a 20 kilómetros; los mismos problemas en el área rural, sin escuelas, sin puentes, sin canalización, sin agua, sin carreteras.

¿Qué esperamos de 2019? bueno la esperanza nunca se pierde, ojalá que la población sepa escoger a las nuevas autoridades seccionales y que estos salgan de lo tradicional y apliquen o repliquen lo que hacen los países nórdicos, con política del bienestar desde el nacimiento hasta la vejez, por eso son los primeros en el mundo en alimentación, educación, salud y trabajo; por eso han alcanzado lo que se llama la felicidad comunitaria.

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