Rentabilidad del agro en soletas

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La desesperación del gobierno en achicar el déficit fiscal está pasando factura al bolsillo de la ciudadanía. La reducción del subsidio a los combustibles provocará una inflación en un pueblo que no puede ni cubrir sus necesidades más elementales. Y si bien es cierto, que el gasto en dichos subsidios durante la década pasada, se acerca al monto de la deuda total del Estado, dicho apoyo, que ahora debe ir dirigido hacia los sectores productivos, como lo es en el primer mundo.

La obtusa visión de subsidiar los combustibles en general, en lugar de focalizarlos, una de las herramientas usadas para mantenerse en el poder, favoreció descaradamente al contrabando de los mismos y distorsionó los costos en las cadenas productivas. El ponerle fin a este espejismo, encarecerá más lo ya altos costos de producción, pero donde, además, las cadenas de producción, manejadas por grupos oligopólicos y un libertinaje de la intermediación de tal magnitud que llegan a pagar apenas tres dólares el quintal de papas al productor, ¡para venderlo a 20 dólares en el mercado! por citar un ejemplo, mantienen secuestrada la rentabilidad de quienes trabajan la tierra, a vista y paciencia de las autoridades.

La flexibilización laboral y la reducción de impuestos, aún pendientes, deben ir acompañadas de una tasa de interés no mayor a la ya aprobada para el sector de la construcción, para que el productor agrícola pueda volverse rentable y poder pagar sus créditos. Los mismos Ministros reconocen que el 11% no sirve. La banca de fomento no puede continuar siendo manejada bajo esquemas de la privada. Su misión es muy diferente.

Y es desde esta visión, es hora de ir diseñando las políticas de Estado que desarrollen nuestro sector rural. Desbaratar al contrabando de combustibles es un paso. Ese ahorro, debe ir pensando en canalizarlo hacia una planificación que devuelva la rentabilidad del agro. Y si bien es cierto, se apoyó al sector de la construcción, potente generador de empleo no calificado; el agropecuario, a más de eso, es el que nos da de comer tres veces al día. Que 2019 devuelva la decencia política hacia el más noble de los sectores.

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