Aviones fantasmas

¿Qué misterio se cierne en torno a los viajes efectuados en los aviones presidenciales Legacy 600 y Falcon 7X, de aeronaves de TAME y de Petroamazonas? Resulta que parecen fantasmas puesto que en ellos se realizaron vuelos entre el 1 de enero de 2012 y el 24 de mayo de 2017 en el gobierno correato, apareciendo irregularidades fantasmas, puesto que no hubo autorizaciones en las instancias de vuelos de parte de la Presidencia de la República, se careció del listado de pasajeros.

No existió registro de equipaje peor del peso; los pasajeros fueron en algunos casos fantasmas, alguien se subió al avión y luego desistió del vuelo, otras veces embarcaban pasajeros y bajaban cual rueda moscovita sin explicación alguna, aprovecharon dizque comitivas extranjeras de Uruguay, El Vaticano, Guyana; viajaban invitados especiales fantasmas y por ahí se comentó que hasta el pretendiente de alguien que cesó en funciones.

No se garantizó de parte del custodio de los aviones R.C. el buen uso de las naves que constituyen bienes y recursos del Estado. Según cálculos, 261 vuelos internacionales reflejan 13’590.957 que para muchos correístas es la bicoca de desembolso para el Estado ecuatoriano; 24 vuelos internaciones fueron a paraísos fiscales como Barbados, Bahamas, Panamá, Guyana y otros más en donde ciertos casos estuvieron 40 minutos en tránsito o como destino final.

Total, no hay registros de pasajeros ni del peso de carga, lo cierto es que en más de una docena de vuelos hubo frecuentes funcionarios: Canciller, Minfinanzas, Gerente de Petroecuador. De esto nos desayunamos los ecuatorianos por el informe de la Contraloría General del Estado que es la Institución que descubre luego de prolija investigación los datos que salen unos detrás de otros en el examen minucioso.

¿Qué dirán los encargados de desplazar por las alturas las naves aéreas? Los pilotos y las azafatas sólo cumplían órdenes, pero saben mucho de los desplazamientos solo que el silencio otorga. Esto se agregará a lo descubierto en forma corrupta que es abundante, cuyos resultados el pueblo espera. La Navidad nos deja en ascuas, si se hubiese recuperado lo robado, se habría pagado la deuda externa, sobraría dinero para menesteres urgentes del pueblo ecuatoriano y no se subiría el precio de los combustibles.

En medio del desparpajo que abunda en el país, me place desearles Paz, Amor, Felicidad, en esta fecha que consagra la espiritualidad y el noble apretón de manos. Nos queda eximirnos en gastos, en deseos de tener, recordando grandes fechas pasadas y pidiendo al Todopoderoso bendiga nuestra Patria.