Miserables

Luego de que el castro-narco-comunismo creó una serie de homúnculos, toda la bazofia se tomó la institucionalidad de Ecuador y el resultado es la destrucción de la República desde sus cimientos: la autoridad familiar deteriorada con tabla de consumo de droga e ideología de género; la educación desconoce los hechos históricos que forjaron la Nación, para hacer apología de los movimientos narco-terroristas. La fuerza pública infiltrada por el narco-comunismo; la economía arruinada por exceso de tributos, intereses gangsteriles, persecución al emprendimiento, falta de estímulos a la iniciativa privada; el ordenamiento jurídico proclive al abuso, el sometimiento, la impunidad, a través de leyes diseñadas para favorecer delincuentes y perseguir a quienes los denuncian; la política, entendida como el bien ser, bien actuar y bien tener, secuestrada por los vinculados al narco-comunismo para mal hacer y mal tener. A tal punto que la fortuna del chapo Guzmán, el mayor narcotraficante, en 30 años de carrera delictiva, solo alcanza a 14.000mdd, mientras la organización criminal castro-narco-comunista, en apenas 10 años, solo en Ecuador, atracó 310.000mdd, de los 400.000mdd que tuvo de ingresos fiscales del 2007 al 2017, mantiene un ejército de 38.700 burócratas dorados que cumplen consignas del Foro de Sao Paulo, con sueldos mensuales de 3.000 dólares cada uno, todo lo cual le permite inclusive acceder a organismos internacionales, al punto que el Consejo de los DDHH de la ONU, pasó más tiempo promoviendo el aborto, que impidiendo las atrocidades cometidas a los derechos humanos, por regímenes castro-narco-comunistas en Ecuador, Nicaragua y Venezuela. La destrucción moral es de tal magnitud que pretenden que la sociedad pierda el sentido del reconocimiento cívico a los actos en beneficio colectivo. Sin las denuncias de Villavicencio, Jiménez, Montúfar, Balda, muchos crápulas beneficiarios de la década infame, no estarían sometidos a la justicia. Sin embargo, ninguno de estos ciudadanos constó en las ternas para vicepresidente de la República. Miserables, sin su lucha, la organización criminal estaría intacta.

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