Año difícil

Si el año que fenece ha sido una terrible experiencia con mucho dolor, infinita tristeza y lágrimas derramadas en abundancia por la muerte de seres queridos, y graves enfermedades como la Covid-19, el año 2021 podría ser más difícil en la lucha por derrotar al coronavirus y, sobre todo, porque a este pueblo engañado, mentido y resignado, le toca elegir un presidente, de entre una clase política desprestigiada, corrupta, sin méritos y carente de ética. Hay muchos candidatos para hacerse cargo de la dictadura capitalista neoliberal que sobrevive al amparo del cinismo de millones de dólares robados al pueblo. ¿Para qué quieren ser presidente de una República en quiebra?

“Si votar sirviera para algo, ya estaría prohibido” decía el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano. Es en esencia un voto que al final elige a un corrupto o un demagogo con ansias de grandeza y figuración que se cree tan inteligente para gritar vayan a tomar cerveza, vamos a exportar el agua, sacaremos el oro de los celulares, crearemos miles de empleos, cantaremos nuevos pasillos, yo sí sé hacer plata, yo sé de fútbol y cualquier disparate, porque en realidad carecen de ideas. ¿Sabrán de pensamientos profundos que sirvieran para sacar a este país de la profunda crisis integral que padece?

Este país necesita de un estadista. ¿Quién de los candidatos que aparece en los primeros lugares, según las dudosas encuestas, tiene la talla para ser estadista? Que real es Alcide De Gasperi cuando afirmaba: “Un político mira las próximas elecciones. Un estadista mira las próximas generaciones”. Ningún candidato ha dicho una palabra respecto de las inmediatas transformaciones que requiere el Estado ecuatoriano para sobrevivir en los próximos años. Es el tiempo de las reflexiones para dar el voto.