Los fuegos pirotécnicos, frecuentes en estas fechas, provocan daños y sufrimiento en los animales domésticos y silvestres. Las mascotas, sobre todo perros, se ponen nerviosas, alteran su comportamiento, buscan donde esconderse y tienen reacciones negativas que hasta pueden comprometer sus vidas. Estos ruidos también afecta a los felinos, pero estos suelen esconderse y quedarse quietos, mientras que en las aves puede provocarles incluso infartos.
Los canes tienen la audición muy sensible, escuchan sonidos leves que se registran a una distancia cuatro o cinco veces mayor de la que pueda detectar una persona; y esta sensibilidad les perjudica en estas fechas en que la bulla y la algarabía se apropia de las calles.
Como antecedente, en Galápagos se suspendió, desde 2017, el uso de pirotecnia para no afectar la población de lobos marinos que se encuentran en la zona urbana. (CM)
Reacciones
puede variar e ir desde una leve intranquilidad a un estado de ansiedad intenso, con signos físicos visibles.
Los fuertes ruidos alteran el funcionamiento de su organismo y de sus sentidos.
Taquicardia
La angustia y la desesperación aumenta las palpitaciones cardíacas. Les puede generar taquicardia. El jadeo, la salivación y los temblores son otras formas de demostrar el miedo.
Que no se escape
En el intento de escape pueden lanzarse desde las alturas e intentar atravesar ventanas, caer y lastimarse o morir. Es indispensable que tengan un collar de identificación.
Acostumbrar al ruido
Se aconseja acostumbrar al can desde cachorro al fuerte ruido.
Previo a las fiestas, le pueden simular sonidos bruscos y mantenerse a su lado para darle seguridad.
Precaución
Si no se le ha preparado con anticipación, se recomienda cubrir las orejas o ponerles en habitaciones que aíslen el ruido, con una radio o TV encendidas.
No hay que automedicar
El uso de sedantes solo determinará un médico veterinario. No debe dejarlos en jaulas o atados en el exterior, ya que podrían lastimarse en el intento de escapar.