La Compañía de Jesús

La más grande universidad en América Latina, la San Gregorio Magno, nació desde el Colegio Máximo de los Jesuitas en Quito, así como la mejor dotada biblioteca de América del Sur. Desde allí se gestó la primera imprenta para el Ecuador, el primer microscopio, el primer mapa cartográfico, se apoyó a la misión geodésica, nació el primer observatorio, la que sería luego la Universidad Central y la primera farmacia. En el Salón de Grados de la Universidad San Gregorio, el mariscal Antonio José de Sucre firmó la separación de la Gran Colombia. Quito, como se lee en la inscripción de la Catedral, es cuna de la cristiandad para América Latina. Basta apreciar sus 21 templos en el mejor conservado Centro Histórico de América del Sur y primer patrimonio cultural de la humanidad en sus 200 manzanas. Ojalá podamos ser testigos de cómo laicos y aspirantes a novicios continúan contribuyendo al crecimiento de una obra que nació como misión evangelizadora, una labor educadora que aún continúa con Irfeyal (31 mil estudiantes) y a través de otras instituciones inclusivas, como la del Centro del Muchacho Trabajador (CMT), que ha cerrado sus puertas desde hace como un año (2017), situado en la Marín. Ojalá la Iglesia de la Compañía de Jesús pueda tener un sistema adecuado contra incendios (que ya la afectó en 1996), así como de mantenimiento de las distintas estructuras como la balaustrada de la cúpula. Los ecuatorianos debemos cuidar el que es considerado como el templo jesuítico barroco más importante del mundo, construido en honor a San Ignacio de Loyola y luego dedicado a honrar a Santa Mariana de Jesús, así como a la Virgen de la Dolorosa, quien parpadeó en prodigio de 1906, frente a 34 estudiantes y dos sacerdotes jesuitas.

Diego Valdivieso Anda
CI: 0800530792