Día de la Salud

POR: Laura Benítez Cisneros

El 2 de Diciembre se celebra el Día de la Salud, una fecha que para muchas personas pasa desapercibida, pero que debería dársele importancia, rindiendo homenaje al eminente médico Dr. Carlos Finlay.

Datos biográficos dicen que nació el 2 de diciembre de 1834. Médico cubano que trabajó infatigablemente por mejorar las condiciones de salubridad e higiene de su país.

Sus investigaciones sobre la fiebre amarilla, que hacía inhabitables a prósperas ciudades, lo llevaron al descubrimiento del mosquito estegomia, cuya picadura origina la terrible enfermedad. Procediendo a su exterminio, pudo eliminarse la fiebre amarilla en muchas ciudades americanas, entre ellas las de la costa ecuatoriana.

En nuestro país se ha perdido la costumbre de celebrar en las escuelas, colegios y universidades programas con variados eventos en la primera semana de diciembre por la llamada semana de la salud, en la que se participaba en concursos de higiene, salud, exposiciones de certámenes, conferencias, charlas y ponencias referentes al tema.

El mayor agrado que el ser humano debemos tener, para conservar una buena salud, es el conocimiento y cuidado de nuestro cuerpo, que es comparado con frecuencia a una máquina de muchas piezas, que trabajan juntas para un mismo fin.

Afortunadamente nuestro cuerpo resiste muchos maltratos sin quebrantarse completamente, aún siendo delicado su funcionamiento, se ajusta a las diversas condiciones, llegando adaptarse a las irregularidades del tiempo, espacio y clima.

Nuestro cuerpo es capaz de repararse a sí mismo en caso de daño, renovando sus partes gastadas, llegando a un límite en el que el cuerpo puede aguantar. Para esto debemos valernos de diversos factores que nos ayuden al buen desempeño de las funciones vitales de nuestro organismo.