Estadísticas de violencia contra la mujer se mantienen en niveles alarmantes

Movilización. Diversos colectivos estuvieron en la marcha en rechazo a la violencia contra la mujer.
Movilización. Diversos colectivos estuvieron en la marcha en rechazo a la violencia contra la mujer.

Ayer se cumplió por tercer año la marcha ‘Vivas nos queremos’ por las calles del Centro.

Las cifras son dramáticas. En los últimos cuatro años se han registrado casi 600 femicidios en Ecuador, donde, de acuerdo con las estadísticas, cada tres días una mujer es asesinada. Son datos de las organizaciones que trabajan por erradicar la violencia contra la mujer.

Según las estadísticas del Ministerio del Interior, en 2016, del 100% de homicidios intencionales por tipo, el 6,96% correspondió a femicidio; un año después el porcentaje aumentó al 11,19%; mientras que en lo que va del año, con corte a octubre, se ubica en 6,20%.

Con esa realidad de por medio ayer se cumplió por tercer año consecutivo la marcha ‘Vivas nos queremos’, que busca visibilizar y erradicar la violencia contra las mujeres. La movilización convocó a cerca de 3.000 personas que recorrieron desde El Ejido hasta la Plaza 24 de Mayo. Mayra Tirira, abogada y activista de la plataforma que organizó la marcha, asegura que es una problemática que ha estado latente por años en nuestra sociedad. Recuerda que hace un año en la Asamblea se aprobó la Ley para la erradicación de la violencia contra la mujer, pero lamenta que en todo este tiempo la normativa no haya sido debidamente implementada, a lo que se suma otros problemas que no ayudan a resolver la situación. “Se cerró el Ministerio de Justicia que era el ente rector y existe una especie de limbo alrededor del tema; y hay una reducción de presupuesto, lo que resulta una burla para las mujeres”, dice Tirira.

Más allá del femicidio
Tania Sánchez, de la misma plataforma, añade que a pesar de la normativa, la violencia contra la mujer todavía es una realidad en Ecuador. “Lamentablemente, el hecho de ser mujer es un elemento de riesgo y desde que empezamos la marcha en 2016 no hemos visto que haya una real respuesta del Estado ni de la sociedad para reducir y evitar la violencia contra las mujeres”, afirma la activista.

Violencia que no solo se reduce a los femicidios o a la agresión física directa. Implica la violencia sexual, el acoso, la violencia sicológica –difícil de detectar-, la violencia institucional, cuando no se respetan todos los derechos por el hecho de ser mujer y más. “Lo vemos en todos los ámbitos, tanto en lo público como en lo privado; en el ámbito escolar, en el trabajo, en la calle. Es una violencia sistémica”, aduce.

“Es necesario cambiar estos patrones de discriminación. El femicidio es la cara más cruenta de la violencia”, considera por su parte la catedrática universitaria Julieta Logroño.

Pero se van dando pasos, consideran las activistas. Las mujeres ya ejercen y reclaman sus derechos, ya no callan y menos aún, son sumisas, manifiestan. (HCR)