Los catzos, una tradición gastronómica de temporada en Quichinche

Venta. En esta temporada, muchos comuneros comercializan los catzos recién ‘cosechados’.
Venta. En esta temporada, muchos comuneros comercializan los catzos recién ‘cosechados’.

En esta y otras comunidades de Otavalo algunas personas madrugan para obtener el producto.

Cada año, por esta época, cientos de comuneros tienen la costumbre de madrugar a los potreros de las comunidades cercanas a la parroquia de Quichinche, en Otavalo, Imbabura. Lo hacen con el objetivo de capturar catzos blancos, que forman parte de la gastronomía tradicional local.

Estos escarabajos viven enterrados la mayor parte del año, pero entre octubre y noviembre, cuando inician las lluvias, salen a la superficie para reproducirse, momento que es aprovechado para su ‘cosecha’.

Desde las 04:00, Fernanda Amaguaña, junto a su familia, se preparan con baldes y fundas para salir a conseguir los catzos. Manifiesta que esta es una tradición realizada desde hace varios años. “Nos vamos caminando hasta el sitio y llegamos a las 05:00. Para capturarlos se debe permanecer en absoluto silencio, mientras esperamos la salida de la tierra de estos escarabajos. Cuando esto empieza a suceder, aprovechamos cogiéndoles antes de que empiecen a volar”, menciona.

Varios comuneros afirman que este año se demoró la captura de estos insectos por la demora de las lluvias. Indican que los catzos salen a la superficie cuando el día anterior hace sol y llueve.

Cosecha. Los catzos vivos son comercializados de esta manera, en balde.
Cosecha. Los catzos vivos son comercializados de esta manera, en balde.

Entre la compra y la venta
En la calle Abdón Calderón y 31 de Octubre es frecuente ver en estos días a comuneros comercializando baldes completamente llenos de estos escarabajos. A este sitio acuden vendedores y compradores de todas partes, formando grupos donde se regatean los precios. Un balde pequeño de cuatro libras puede costar hasta 20 dólares y un grande de 20 libras, 80 dólares. Los compradores son, la mayoría, gente que se dedica a venderlos preparados.

EL DATO
Por la demanda y la baja ‘cosecha’ de este producto, a veces puede llegar a costar hasta 20 dólares un balde pequeño. Una vez al año se puede degustar de este insecto con sabor a fritada; algunos los preparan en sus hogares para la familia; pero también hay los vendedores ambulantes, quienes venden los catzos preparados, en funditas pequeñas de 0.50 centavos y 1 dólar, siempre acompañado del tostado.

Diana Tabango, quien desde hace 12 años se dedica a esta actividad, vende los catzos preparados en el Mercado Copacabana. Cuenta que no tiene un puesto fijo, pero se ubica junto a los comerciantes textiles para ofrecer su producto. “Tengo mi propia clientela, ellos saben que por esta temporada vendo los catzos y me buscan para servirse, la mayoría son otavaleños, pero también les gusta a los extranjeros”, dice.

COMERCIANTE. Diana Tabango vende los catzos en fundas de 0,50 centavos, acompañados de tostado.
COMERCIANTE. Diana Tabango vende los catzos en fundas de 0,50 centavos, acompañados de tostado.

Preparación

EL DATO
Existe mucha variedad de catzos, pero solo se puede comer los blancos, por contener gran cantidad de proteínas.La elaboración se hace con mucha paciencia. Primero se retiran una por una las alas, las patas y la cabeza de cada catzo. Luego se añade agua y sal, se deja reposar a estos animalitos en el refrigerador un par de días. Después de este tiempo quedan limpios de cualquier parasito que hayan tenido en el suelo, se los lava bien y se los fríe en una paila con cebolla, pimiento, ajo y aceite, durante aproximadamente unos 15 minutos. Posteriormente, los escarabajos están listos para degustarlos.

Aseguran que estos insectos son una buena fuente de alimento, porque contienen una gran cantidad de proteínas. Se aduce también entre los comuneros que los antepasados los consideraban como una comida sagrada, enviada por los dioses para garantizar que el año venidero tenga una abundante cosecha. (PMHR)