El castigo o el diálogo, ¿cómo educar a los hijos?

IMPORTANTE. El diálogo siempre será la mejor ‘medicina’ para educar a los hijos. (Foto: Sergej
Khakimullin)
IMPORTANTE. El diálogo siempre será la mejor ‘medicina’ para educar a los hijos. (Foto: Sergej
Khakimullin)

El título de padres no se consigue en una universidad o centro de estudios, se lo logra en el día a día y, de preferencia, aplicando las buenas experiencias.

Y si bien los papás y abuelos de hoy recibieron castigo físico de sus respectivos progenitores, la mayoría de ellos no han replicado lo mismo en sus hijos, aunque aún persiste un porcentaje que sigue los mismos patrones en la educación infantil.

Así, hay quienes defienden el castigo, pero solo en situaciones extremas. “Una ‘nalgada’ ayuda a reafirmar la imagen de autoridad y generar reflexión en los hijos para que no vuelvan a cometer el mismo error o reincidir en la desobediencia”, comenta el teniente coronel de la FAE, Patricio Salazar, padre de cinco hijos y abuelo de dos nietos. Pero esta actitud, cree, debe aplicarse unas dos o tres veces en la vida. Él es partidario de un buen diálogo.

Educación adecuada
La palabra castigo, de por sí, tiene un mensaje negativo y agresivo y toda actitud que conlleva violencia física está proscrito en la conducta humana, comenta el pediatra Eduardo Acuña. Asegura que pegar no es educar ni es enseñar ni orientar y menciona que todo aquel que incurra en estas prácticas debe ser revisado sicológicamente.

Y aunque “venimos de sociedades que ancestralmente nos han pegado para hacernos comer, estudiar o portarnos bien”, sugiere hablar, generar confianza, respetar, escuchar para educar sin llegar a extremos de permisibilidad o de castigo.

El especialista recomienda que quienes hayan tomado la decisión de ser padres, se eduquen desde ese mismo momento, haciendo un análisis de sus conductas para visualizar una educación eficiente, amorosa, cariñosa y directa de convivencia con el niño que van a tener. Deben inculcar valores basados en el amor y en la vida para formar personas respetuosas, cariñosas, amables consigo mismas, con el prójimo y con todo cuanto le rodea.

Ejemplos a seguir
“Si tenemos niños bien criados en amor, en valores, en normas y en límites, y si se ha ejercido un código de conducta que el hijo lo entienda perfectamente, no vamos a necesitar castigar”, asegura Acuña.

El experto habla también de una buena comunicación y de reflexión sin caer en la permisibilidad o en el exceso de normativas que restrinjan, limiten o prohíban. Los extremos no son buenos y más bien hay que buscar un punto de equilibrio.

Este diálogo constante, prácticamente desde el nacimiento del hijo, con el uso de un lenguaje apropiado y sin la utilización de palabras ofensivas o denigrantes permitirá criar personas siempre positivas. (CM)

Cuándo recurrir a la ‘nalgada’
° Esta acción es válida cuando se rompen valores y se pierde el efecto del diálogo, la reflexión, la orientación; cuando haya rebeldía, respuestas irreverentes, apropiación de bienes ajenos, palabras ofensivas innecesarias, comenta Patricio Salazar, oficial de la FAE. “Son casos críticos en que se puede llegar a la estrategia de una buena ‘nalgada’ después de haber agotado el diálogo”, apunta. Aclara que es una ‘nalgada’, no agresión física que denigre al niño o adolescente, y explica que en los principios cristianos existe la barita de corrección, que se la debe usar no con ira, odio y maldición, sino explicando que es por el bien y porque desean una corrección.