Solanda se hunde

Roque Rivas Zambrano

La historia de Solanda se cuenta desde sus habitantes: gente que tiene memoria de cómo fueron los primeros años, en esta ciudadela que nació como parte de un Plan de Vivienda para gente de escasos recursos. En 1986, con el país gobernado por León Febres Cordero, quien ganó las elecciones con su campaña “Pan, techo y empleo”, el Banco Ecuatoriano de la Vivienda ofrecía a sus ahorristas la posibilidad de acceder a una casa.

Los tipos de vivienda, entregados progresivamente e incompletos, dependían de la capacidad de crédito de los demandantes, y se clasificaban en piso techo, trifamiliar, casa puente, o simplemente una fracción de lote. Quienes accedieron a estas construcciones las adaptaron a sus necesidades y construyeron sin acompañamiento técnico.

Solanda fue tierra de nadie en materia de regulaciones. En el transcurso de los años, el barrio ha sido conocido por su densidad poblacional, organización barrial y niveles delincuenciales, actualmente vuelve con algo más grave: el hundimiento de viviendas. Recientemente el portal digital La Barra Espaciadora publicó un reportaje sobre el historial de este problema, en el que, además de las formas de construcción, intervenciones como la extracción de agua en el pozo de emergencia del Metro, en el sector 4, incide en el deterioro de los inmuebles.

Los vecinos -que relatan cómo las fisuras de las paredes se hacen cada vez más grandes y las estructuras se desprenden de las bases- viven tiempos de incertidumbre. ¿Qué pasará con sus hogares, con el único patrimonio familiar que poseen? Existen más de 400 personas -dueñas de casas- en la misma situación. Por lo que, ante el hundimiento, vuelven al principio donde la unión era la mejor arma contra la desidia institucional…

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