El Día de Difuntos

POR: Laura Benítez Cisneros

El culto a los muertos tiene una larga tradición en la historia de la humanidad. Una especial importancia de la evolución cultural, artística y de tradición de los pueblos, mostrándonos cada día que las más antiguas culturas tenían un pleno conocimiento de trascendencia e importancia de los seres humanos, en el sentido de creer que no todo termina con la muerte, sino que después de ella existe otra vida.

Las diversas culturas antiguas de los pueblos tenían formas diversas de enterrar a sus muertos, como los incas, los egipcios, los romanos, los fenicios, atenienses, etc.

Las manifestaciones de estos pueblos eran de como poder entender entre la vida y la muerte, cuando llegaba el sueño eterno.

En nuestro país las costumbres y tradiciones por el Día de Difuntos se conservan y, nuestra cultura, tradición y costumbre, continúa y seguirá en las diversas regiones de nuestro pueblo, con tecnología o sin ella.

Los difuntos, según las costumbres, reposan en el camposanto, unos en la tierra, en nichos, y a otros los creman.

La muerte no respeta a nadie, llega para todos el momento menos esperado.

Cuando muere un ser querido es muy difícil estar sin ellos y sus recuerdos invaden nuestra mente y las lágrimas surcan nuestro rostro.

La vida no termina con su muerte, sino es un hasta luego. Con su partida nos dejan un enorme vació interior y una inmensa y dolorosa sensación de soledad ante su ausencia.

Es por esa razón que todos nuestros seres queridos siguen viviendo con nosotros para siempre en los recuerdos.