La Quinta de Montalvo

Rocío Silva

El contexto social económico de finales del siglo XIX en el Ecuador, estaba determinado por la tenencia de la tierra como medio de producción, de ahí que nuestras insignes glorias de las letras como Juan Montalvo o Juan León Mera, hayan gozado en su patrimonio con quintas vacacionales o habitacionales; cuyos espacios rodeados de árboles frutales y ornamentales, fueron el escenario más fecundo para sus grandiosas obras literarias.

A comienzos del siglo XX y hasta mediados del mismo, había sido muy común que las familias que tenían quintas en los sectores aledaños a la urbe, comuniquen a sus amistades a través de tarjetas impresas, que se trasladarían a sus quintas a veranear; y por lo tanto serían recibidos en las mismas, si es que deseaban visitarlos. Hermoso ejemplo de gentileza y educación, ¡en fin somos ambateños!

Las quintas se fueron convirtiendo de a poco en proyectos empresariales privados, que ofrecen sus instalaciones para la celebración de eventos y festejos como: convenciones, desfiles de modas, bailes de graduaciones, fiestas rosadas, matrimonios, etc. Cuyas dinámicas exigen la implementación de parqueaderos, cafeterías, lobbies y un sinfín más de adecuaciones que de hecho sacrificarán árboles y plantas que obstaculicen esos cometidos. Pero claro, estamos hablando de empresas de gestión privada, no de gestión pública municipal.

Si bien el Art. 315 de la Constitución ecuatoriana, permite la conformación de empresas públicas, señala también que las empresas públicas estarán bajo la regulación y el control específico de los organismos pertinentes, de acuerdo con la ley; […]con altos parámetros de calidad y criterios empresariales, económicos, sociales y ambientales; es fundamental recordar a la actual administración Municipal de Ambato, que no es rumor que los árboles están siendo agredidos en los trabajos de adecuación y remodelación de la quinta de Juan Montalvo, donde se sabe, se pretenden realizar parqueados y una cafetería, a partir de la idea de empresa pública. Todo les sería más fácil, si jugaran menos con el factor sorpresa y se realizarán mesas de trabajo previas, con grupos de interés en lo patrimonial y cultural. ¡Qué le vamos a hacer siguen campante en su mal gusto y agresión al patrimonio ambateño!