Prudencia

PATRICIO CÓRDOVA CEPEDA

Se dice que en el Diccionario de la Mama Negra no existe la palabra no, que es otro invento o incorporación de alguien, lo cual no es verdad porque muchos ciudadanos, entre los que me cuento, en su momento, no aceptamos ser personajes, por justificaciones que cada uno lo sostiene. Mas, en esta oportunidad me interesa analizar con prudencia la conveniencia o no de la invitación o jocha que se hace a ciertas instituciones públicas y la decisión de sus representantes de aceptarla y participar en la Comparsa de la Mama Negra de Noviembre y digo de Noviembre porque en la de Septiembre no hay nada de eso.

Los organismos públicos de control y en especial la función judicial no deberían ser considerados para jochas, bailes, actos sociales, temas que de alguna manera generan algo de relación y compromiso con los invitados y con las actividades en sí. No quiero pecar de ortodoxo pero la sensible y trascendental función que cumplen los jueces y administradores de justicia son incompatibles con actos festivos y en especial con lucimientos o protagonismos.

Debe comprenderse que en sus manos está la sublime tarea de dar a cada quien lo que le corresponde, como decía Justiniano, controversias, pruebas, argumentos, resolver situaciones delicadas, que generan de hecho reacciones de todo tipo. Por ello en varios países se habla de jueces sin rostro, con protección especial, sin contacto con la ciudadanía, para que sus actuaciones y resoluciones exclusivamente respondan a las necesidades de justicia, objetividad, imparcialidad y méritos procesales. Las instalaciones de la función judicial deben estar ajenas a fiestas y diversiones, porque siendo como son seres humanos, con afectos y desafectos, motivaciones, debilidades y fortalezas, están encargados por parte del Estado Ecuatoriano de responsabilidades que superan lo subjetivo, que tienen superlativa importancia y repito exigen la mayor prudencia.