¿Mafias?

Rodrigo Santillán Peralbo

La fuga del exhombre fuerte del economista Correa, evidencia una planificación perfecta, propia de las mafias o cárteles del narcotráfico, tanto por la audacia como por la burla al país, al Gobierno y, en especial a la justicia que, por alguna razón, no dictó prisión preventiva, sino tres días después de la desaparición del acusado.

Hechos de esta naturaleza desprestigian a jueces y fiscales y, en general, a todos los operadores de justicia que no actúan con el mínimo de congruencia en variados casos. Por ejemplo, un fiscal encontró suficientes elementos de convicción para vincular a Correa en el caso del policía Froilán Jiménez; vino otro y dijo que no hay indicios que impliquen al expresidente.

Lo cierto es que Alvarado se ha fugado sin dejar rastro, gracias a la complicidad de muchos personajes que serían miembros activos de la organización que, al parecer, cooperaron eficazmente en la trama mafiosa que, también, taparía a una inmensa cantidad de corruptos delincuentes.

Cabe recordar que los hermanos Alvarado pertenecieron al círculo íntimo del economista Correa y, por tanto, deben conocer a fondo innumerables hechos nada santos que, si llegaran a denunciarlos, provocarían una verdadera hecatombe en la década del correato. En consecuencia, ¿a quién o quiénes les interesa que Alvarado haya agradecido “el buen trato” y devuelto el grillete electrónico sin daños?

Se dice que investigarán este mafioso asunto hasta “las últimas consecuencias”. ¿Caerán los tiburones del fanático correísmo o atraparán sólo a las diligentes sardinas? La moral individual y pública ha sido pisoteada, y a nadie le importa que los escándalos se suceden unos a otros con asombrosa rapidez en todos los estamentos del Estado. Embobado, el pueblo calla, y ni siquiera protesta.


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