El tren playero

Patricio Durán

El presidente Lenín Moreno ofreció en la sesión solemne por los 198 años de Independencia de Guayaquil, la construcción de un “tren playero” para la Costa ecuatoriana que recorrerá 400 kilómetros y unirá varias ciudades y poblaciones costeras del país, para impulsar el turismo y brindar nuevas oportunidades de emprendimiento, a los ciudadanos de Guayas, Santa Elena y Manabí.

Este anuncio nos dejó a muchos ecuatorianos un sabor a demagogia, pues no se explicó si es que hay un proyecto serio, si se han realizado estudios de factibilidad, si es que hay un presupuesto, en fin, Moreno dijo “hoy anuncio oficialmente el cumplimiento del gran sueño de la Costa ecuatoriana”. Obviamente los esmeraldeños protestaron porque no se les tomó en cuenta en tal sueño y se sienten nuevamente relegados.

Se habla del “cumplimiento del gran sueño” como si ya estuviese realizado –me suena a la construcción de la Refinería del Pacífico, Yachay-. Es lamentable, pero se sigue con las malas prácticas del gobierno de la “década infame”. La rehabilitación del ferrocarril se ha constituido en uno de sus más grandes fracasos. La Contraloría General del Estado nos indica que hubo corrupción aquí también. Hubo un manejo imprudente, inmoral, escandaloso de los sagrados dineros del pueblo.

Según la Contraloría, el ferrocarril costó $407’855.879 dólares, y solamente consiguió ventas por $20’196.121 dólares, estos son datos de hace un año. Está claro que la rehabilitación del ferrocarril la hizo Correa pensando más en la publicidad y promoción de su “revolución”, que en un verdadero servicio a los usuarios y, peor aún, pensando en que era dinero de los ecuatorianos.

Esperemos que el “tren playero” no se convierta en un globo de ensayo del gobierno del Licenciado, para desviar la atención de los acuciantes problemas que nos aquejan.