Un tren al desencanto

Rocío Silva

En días pasados, con bombos y panderetas, se presentó en rueda de prensa, el proyecto turístico ‘Tren playero’ valorado en más de 1.000 millones de dólares. Se ha dicho que el tren cubrirá la ruta de 400 km, partirá del cantón Daule en la provincia de Guayas, pasará por Santa Elena hasta Manta en la provincia de Manabí. El recorrido para este proyecto del tren cubrirá cantones y parroquias como Daule, Nobol , Guayaquil; y desde este último punto a Posorja, Playas, Engabao, Chanduy, Ancón, Salina, Punta Blanca, Ayangue, Montañita, Puerto López, San Lorenzo.

La justificación proyectiva del ‘Tren playero’ especula que este proyecto articulará el desarrollo productivo y la competitividad de los puertos de Guayaquil, Posorja y Manta; así como la interconectividad de aeropuertos como Manta, el futuro aeropuerto de Guayaquil en Daular, previsto como el aeropuerto intercontinental más grande en América Latina.

Hay varios temas que no encajan en esta visión de desarrollo, en primer lugar está el tema del desarrollo productivo, al respecto dejo como inquietud ¿Puede haber desarrollo productivo en poblaciones con restringida cobertura de alcantarillado, como es el caso de Nobol con un 33%, a decir de su último Plan de Ordenamiento Territorial, en el que se plantea como Objetivo 4: Prevalecer la inversión pública con mayor atención a la cobertura de servicios básicos para la erradicación de la pobreza.

Quienes tenemos formación de cuarto nivel en Desarrollo Social, aprendimos como primera lección, que no puede haber desarrollo productivo, si no han sido satisfechas las necesidades de servicios básicos en una cobertura del 100%. Es curioso que se fundamente la construcción de una vía férrea de carga, en el criterio de ausencia, es decir que porque no existe la misma debe ser construida y así lograr la eficiencia y conectividad del transporte y el fomento de turismo; haciendo una extrapolación: no teníamos un edificio de la Unasur, y no porque un gobierno despilfarrador y ostentoso lo ordenó construir, logró ese mismo Gobierno una gobernabilidad participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político.