Crear el Derecho Internacional

Manuel Castro M.

Los internacionalistas de buena fe no saben cómo atender y solucionar los trágicos problemas de Venezuela y Nicaragua, pues los dictatoriales sistemas impuestos en esos países apenas son caricaturas de democracia o de su democracia que sus sostenedores llaman “post verdad”, que es una forma de mentira, que en el pasado lo ejercieron con igual desfachatez Stalin, Hitler, Mussolini, para mantenerse en el poder y engañar y masacrar a sus pueblos.

En 1943, mientras sucedía la II Guerra Mundial, el doctor Velasco Ibarra afirmaba que “el Derecho Internacional es una utopía y que el Derecho Internacional del futuro era utopía de las utopías”, y que tal Derecho no existía por lo que había que “crearlo”. Aunque muchas veces los que fracasaban eran los hombres no propiamente el Derecho Internacional, concluía años después el doctor Velasco.

Situación que Latinoamérica la vive pues sus tímidas resoluciones internacionales más llegan a un exhorto o a una débil petición de diálogo, como la de nuestra Cancillería. Desde luego la solución no es la amenaza de una intervención armada, como sueñan los Maduros y Ortegas, porque si realmente eso esperaran no serían tan bravucones.

Por el bien de nuestra América hay que crear ese Derecho Internacional que nos proteja de los sistemas totalitarios, lo cual es buscar el progreso y mantener la libertad, lejos de engaños populistas, neo constitucionalistas y de un marxismo fracasado.

Hoy los países de Latinoamérica que viven en democracia son más valientes. Admiten que el principio de “no intervención” ha variado, cuando están en peligro los Derechos Humanos. Algunos países con mucho valor quieren enjuiciar a Maduro por crímenes de lesa humanidad. Igual se admite que la soberanía no es un escudo para tapar las tropelías de algunos gobernantes.

Hoy se enfrenta a las ambigüedades y exabruptos de Trump, sin atacar a los Estados Unidos, sin proclamarse antiimperialistas, mientras se comercia con ese país. Es urgente reconocer que “la verdadera inspiración es trabajar todos los días”, como dice Virgilio, para tener un efectivo Derecho Internacional.

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