Engaño

ORLANDO AMORES TERÁN

El farsante Long fue a la ONU a desinformar, aduciendo que el canalla más grande de nuestra historia, es perseguido político. Este sujeto, no nos representa. Carece de autoridad para hablar por Ecuador. Este es quien entregó las 200 millas de mar territorial; no puede ser ecuatoriano un sujeto que perjudicó a nuestro país; y si insiste en arrogarse nuestra nacionalidad, debe ser juzgado por traidor a la Patria. Siguiendo la estrategia castro-narco-comunista, el innombrable engaña al país, al contratar abogados para que se hagan pasar por «veedores internacionales». El costo de un abogado común, por cinco días de estadía en Ecuador, con pasajes incluidos, es de 46.550dd; por diez contratados, 465.500. ¿De dónde salió tanto dinero? Del atraco a la Nación. No son «veedores», unos son abogados del yangamanahisca, otros, lacayos del narco-terrorismo; todos son descalificados. Los pseudos veedores, debieron ser denunciados por arrogación de funciones; intimidación; carencia de autorización para ejercer; cambio artificial del estado de las personas, en un proceso judicial; obstrucción a la justicia; injurias.

¿Dónde estuvieron los presidentes de los colegios de abogados, de los organismos de DDHH, que dicen representarnos? En otro orden, el Cpccs-t debe nominar un nuevo Consejo de la Judicatura, para que evalúe y destituya la Corte Nacional. No se debe esperar la composición del CJ definitivo, porque el presidente del CJ es nominado de una terna que envía la presidencia de la Corte Nacional, lo que quiere decir que el órgano controlado, nómina al órgano controlador, aspecto inaceptable por inético, repugnante, en un proceso de democratización institucional. Es necesario, que todos denunciemos a los jueces que han vulnerado derechos constitucionales, ante el CJ-T, a fin de que se evalúen sus actuaciones; si no denuncian, no se quejen de la crapulería judicial, porque nuestro silencio vuelve obesa a la corrupción, engorda la impunidad. No siempre se logra que los sancionen, porque los corruptos tienen padrinos que protegen sus «diezmos», pero se los evidencia: algunos renuncian, de otros, se deshacen por «inconvenientes».

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