140 plazas se convierten en bibliotecas temporales

COLORIDO. Anaqueles entre fuentes y jardines de 140 plazas del país sirvieron ayer para fomentar la lectura.
COLORIDO. Anaqueles entre fuentes y jardines de 140 plazas del país sirvieron ayer para fomentar la lectura.

Aprovechar el tiempo con una buena lectura es una actividad con beneficios indiscutibles. Para transmitir este mensaje, ayer se organizan jornadas de lecturas colectivas en 140 plazas del país, una por cada distrito del Ministerio de Educación. La programación se irá dando paulatinamente.

Y para empezar oficialmente esta iniciativa autoridades educativas locales y nacionales organizaron ayer una breve ceremonia en una plaza pública de la Mitad del Mundo, en el noroccidente de Quito. Se seleccionó este sitio para promocionar literatura de los pueblos indígenas sobre la temporada de equinoccio de septiembre.

En medio del ambiente de fiesta que imponían rondadores, pingullos y demás instrumentos interpretados por grupos folclóricos andinos, adolescentes de los colegios María Angélica Idrobo, Mitad del Mundo, Nacional Pomasqui, Alexander Von Humbolt, entre otros, ocuparon la plaza como si se tratara de una biblioteca al aire libre.

El viceministro de Educación, Álvaro Sáenz, aclaró que no es una iniciativa aislada sino que es parte de un denominado programa ‘Yo leo’, que fomenta el hábito de la lectura en la comunidad educativa.

Criterio
La escritora quiteña Silvia Vallejo, responsable de El Pícnic de Palabras, opinó que “es fundamental para fomentar la lectura que sea libre, que las personas lleguen a los libros con placer”.

154
MIL
dólares es la inversión en este año de libros en las instituciones educativas públicas en todo el país.Agregó que es positivo “que existan más espacios libres de lecturas en voz alta compartidas relacionadas a una pedagogía interactiva, que exista participación y diálogo conjunto de todos los actores por solidaridad, conexión y colaboración para hacer un placer la literatura”.

Para la escritora Mónica Varea, “todo acto que tienda a incentivar el gusto por la lectura, siempre será una buena iniciativa. Lo importante sería que este tipo de eventos sean sistemáticos y que vayan acompañados de una política gubernamental en pro de la lectura”.

Varea también consideró: “Lo que me inquieta respecto al acto llevado a cabo por el Ministerio es si este fue inclusivo y si hubo actividades similares en los colegios privados, o si solo participaron entidades educativas públicas. Por ahora, aplaudamos la iniciativa, esperemos que no sea un acto aislado, con más proselitismo que ‘condumio’; y que incluya a todos los estudiantes del país”. (JCER)