Laudo infame

Rodrigo Santillán Peralbo

Irresponsables, mediocres e incapaces han sido los defensores del Estado ecuatoriano que jamás supieron actuar ante el Tribunal Arbitral de la Haya, que acaba de dictar un laudo infame que condena al Ecuador a pagar indemnizaciones a la Texaco-Chevron y que pisotea los Derechos Humanos de cofanes, secoyas, sionas y huaoranis que pertenecen a los pueblos originarios de la Amazonía.

Los tres personajes del Tribunal Arbitral, entre las barbaridades que cometen en su fallo, desconocieron que desde 1964 a 1990 la Texaco-Gulf adquirida por la Chevron “vertió 18 mil millones de galones de desechos tóxicos en aguas de formación con la operación de 399 pozos; contaminó el ambiente con 916 piscinas descubiertas, quemó miles de millones de pies cúbicos de gas y derramó 17 millones de galones de crudo, afectando los territorios indígenas” según sostiene el Frente de Defensa de la Amazonía.

Ese laudo del Tribunal Internacional de la Haya demuestra la ineficacia del Estado y destapa la podredumbre del gobierno que gastó millones de dólares en propaganda que sirvió a unos pocos en perjuicio de millones. De nada sirvió tanto griterío para denunciar Tratados Bilaterales, si ese Tribunal basa su sentencia en la supuesta violación del TBI con Estados Unidos, pero, además, demuestra la sucia y vergonzosa situación de la justicia y de la política ejercidas durante la década “ganada” envuelta en corrupciones de toda naturaleza.

Ese Tribunal arbitral, jamás puede violar los Derechos Humanos, y tampoco ordenar al Estado que pague a la petrolera por llevarse los hidrocarburos, destruir la naturaleza, y provocar la muerte de decenas de personas con variados tipos de cáncer. Centenares de seres humanos padecen enfermedades incurables ¿Por esos crímenes hay que pagarle a la Chevron?

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