El diablo de Jujan, el único que aparece montando un caballo, tiene su compañera

REPRESENTACIÓN. El diablo y la diabla de Jujan aparecieron en Quito, junto a sus mojigos difundieron su tradición.
REPRESENTACIÓN. El diablo y la diabla de Jujan aparecieron en Quito, junto a sus mojigos difundieron su tradición.

Durante las festividades en honor a San Agustín, el patrono de Jujan, que se realizan el 28 de agosto de cada año, reaparece el diablo montando a caballo y sus mojigos, un grupo de disfrazados que portan látigos, cinturones, cadenas y palos con los que amedrentan a los observadores.

En Jujan, cabecera cantonal de Alfredo Baquerizo Moreno (Guayas), la comparsa de los mojigos presididos por el diablo, que viste completamente de rojo y avanza montado en un caballo, se realiza por 88 años y forma parte del legado que dejó el fundador de esta tierra, José Domingo Delgado.

Pero recién en 2017, cuando fueron invitados a participar del primer encuentro Etnográfico ‘Los diablos se toman Quito’, se dieron cuenta que era la única representación de este tipo que se realizaba en la costa ecuatoriana y cuán importante era para el patrimonio inmaterial, dijo Santiago Medrano, representante de los mojigos.

Nueva acompañante
En el segundo encuentro Etnográfico que se realizó los últimos días de agosto en la capital, Medrano contó que decidieron darle una compañera al diablo y le pusieron una diabla que ya se presentó en las fiestas de agosto y anunció, para las próximas ediciones, la presencia de un diablo negro y el de oro, siempre con el objetivo de mantener como personaje principal al diablo, encabezando la comparsa de los mojigos.

Al ser la única comparsa con diablo reconocida en la costa ecuatoriana, hizo que los habitantes de Jujan y sectores aledaños valoren a sus mojigos, los que se vieron apoyados por una gran afluencia de espectadores que se apostaron en las calles el pasado 26 de agosto, dos días antes de la celebración de San Agustín.

Aclaró que la comparsa que sale en las fiestas del patrono San Agustín, no es organizada por la Iglesia Católica, sino una comisión permanente de la sociedad civil. (CM)