La mitad de los adultos ecuatorianos está fuera del sistema financiero formal

REALIDAD. Falta mucho por hacer para aumentar la inclusión financiera en el país.
REALIDAD. Falta mucho por hacer para aumentar la inclusión financiera en el país.

Existe en Ecuador la baja bancarización, el desconocimiento, el poco acceso a crédito y el escaso ahorro.

“Nunca he tenido una cuenta bancaria porque me parece algo muy complicado y me es más seguro tener mi dinero guardado en la casa. No sé lo que es una tasa de interés ni cómo pedir dinero en un banco”. Norma Calza, vendedora ambulante, explicó que no confía en el sistema financiero porque vio que mucha gente conocida perdió sus recursos durante la crisis financiera de 1999.

Según datos del ‘Globla Findex’ del Banco Mundial, estudios de la Corporación Andina de Fomento (CAF) e Información de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), uno de cada dos ecuatorianos no tiene ningún tipo de cuenta en el sistema financiero formal; es decir, en bancos, mutualistas o cooperativas de ahorro y crédito.

Además, solo el 34% de la población adulta realiza algún tipo de ahorro. De ese porcentaje, el 12% lo hizo en una institución financiera. Esto configura una situación de alta informalidad, donde todavía falta mucho por hacer para que en el país se implemente una verdadera inclusión financiera.

Falta de normas claras
Valeria Llerena, directora ejecutiva de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo, explicó que lamentablemente en los últimos años no se ha avanzado mucho en este aspecto, a pesar de que se han llevado a cabo varios esfuerzos.

“Los esfuerzos son aislados y por eso se diluyen sin llegar a mejoras reales. No existen lineamientos ni políticas públicas claras. Incluso el país carece de una normativa específica para facilitar el microcrédito, que es uno de los mecanismos financieros que más oportunidades generan”, dijo.

En este sentido, Llerena acotó que la inclusión no es solo el acceso a los servicios de una institución financiera, sino sobre todo, el uso continuo y la permanencia en el sistema formal. Por esto el primer paso es la educación financiera, donde las personas puedan entender sus derechos y obligaciones, y el valor del dinero en el tiempo para que cuiden su patrimonio.

Desconocimiento
Andrés Montalvo, microempresario informal, contó que en su familia siempre se ha preferido recurrir a conocidos, amigos o ‘chulqueros’ para obtener dinero para algún negocio.

EL DATO
Del 19 al 21 de septiembre, en Cuenca, se realizará un encuentro nacional sobre la inclusión financiera. Esto es corroborado por las cifras del Banco Mundial, en el que se determina que en Ecuador solo el 34% de la población adulta ha accedido a un crédito y, de ese porcentaje, un 12% lo hizo en una institución financiera formal. En el caso de los microempresarios, casi un 30% tiene como su única fuente de financiamiento a prestamistas informales y amigos.

El analista financiero Carlos Gutiérrez afirmó que la mayoría de los ecuatorianos desconocen los conceptos básicos de la educación financiera, desde cómo pedir un crédito, qué es una tasa de interés, hasta qué sucede con el valor del dinero cuando hay inflación.

“La gente no solo desconfía, sino que ve como algo muy lejano a las instituciones financieras formales. Por eso son presa fácil de abuso y manipulaciones que merman de manera importante sus recursos”, aseveró.

Inversión bancaria
Además de trabajar sobre el desconocimiento, Gutiérrez puntualizó que las instituciones, tanto públicas como privadas, deben trabajar en mejorar su accesibilidad a través de canales, oficinas, corresponsales no bancarios y aplicativos móviles.

Julio José Prado, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), consideró que el proyecto de la llamada billetera móvil, donde se podrán hacer pagos vía teléfono celular, puede ser una herramienta efectiva para bancarizar a una porción más grande de ecuatorianos.

Según información del ‘Global Findex’, Ecuador está lejos de los niveles de bancarización, de casi 90%, que tienen economías cercanas como Perú y Colombia, pero en igualdad de condiciones con países como El Salvador, donde el nivel de acceso al sistema financiero formal está cercano al 50% de la población adulta. (JS)