Theos

Mario José Cobo

Suelo siempre hablar de ti, no se porque, no me lo preguntes, pero ha sido así siempre. Claramente no es necesario ni abrir la boca para hablar de ti, solo con la mirada cruzo el espacio existente e inexistente, en busca de explicar lo que haces. Muchos confunden tu nombre, jamás has tenido tantos, y bueno, tampoco nunca ha habido menos espacio para hablar de ti, la gente no tiene ni idea de como representarte en la simpleza de su vida cotidiana cayendo en ignorancia, pelea y confusión.

Ahora, es verdad… no lo entienden, no entienden que el problema más grande, es el de hacer que el todo (Universal e Infinito), sea simple… finito, confundiéndose perdidos en traducciones para darle forma a lo que vos eres y haces. Porque eres y no eres, haces, desases y no haces, existes y no existes… eres alegoría de un universo cuántico, confuso, perfecto y caótico. Explotas y vas y vuelves, y subes y bajas.

Eres como el mar… un océano sin fin, pero que termina y renace en sí mismo una y otra vez. Nosotros somos los peces… que conformado de tu polvo estelar en carbono y tuya el agua, estamos rodeados y conformados por ti todo el tiempo… tiempo que no existe, que yace de manera circular y que fluye repitiéndose infinitas veces a la vez. Todo cobra sentido un día porque todo está interconectado… pero miedo es el afán más particular de los simples seres terrícolas que buscan sentido dentro de su vida, mientras que no entienden que la vida es el sentido en sí.

Agnósticos, científicos, cristianos, musulmanes, budistas, judíos, hinduistas… ninguno entiende que no es acerca de ellos, peleándose unos con otros y entre ellos, solamente porque ser dueños de la verdad les otorga poder, inmortalidad… una garantía… pero contigo no debe haber condiciones. Solo fe… porque como he dicho, no es acerca de ellos… es acerca de vos y de lo que implica confiar en ti. Dios.