Elecciones locales

César Ulloa Tapia

El siglo XXI fue declarado el Siglo de las Ciudades, debido a que la mayor concentración demográfica se encuentra en las zonas urbanas. El desplazamiento que se produce desde el campo es tremendamente progresivo, porque en las grandes metrópolis, así como en las medianas y pequeñas, se concentran los servicios básicos, universidades y las fuentes de empleo en una economía configurada para los intangibles de la globalización: la información, el conocimiento y la comunicación dentro de un contexto de vertiginosa evolución de las tecnologías informáticas.

En términos de administración pública, la aspiración electoral de los políticos en un gran porcentaje de países se concentra en ganar los gobiernos locales (intendencias, municipios y alcaldías), porque desde estos espacios se genera una mayor proximidad con los votantes, la comunicación con la gente es más fluida, se emprenden iniciativas de todo tipo para resolver los problemas más inmediatos, la planificación puede agregar diversidad de actores, sectores e, incluso, organizaciones políticas que fueron contrincantes en la campaña. Desde lo local se trabaja en propuestas de alcance global en lo que se conoce como políticas de “glocalización”.

De cara a las elecciones seccionales en Ecuador, el debate acerca de la importancia de replantear el país desde lo local pasa desapercibo en los partidos y también en los espacios que generan opinión pública. Hay una visión muy electoralista, en la medida de poner por delante la selección de los cuadros antes que los problemas de las ciudades en lo que se refiere a las demandas de la población en seguridad, movilidad, emprendimiento, turismo, espacio púbico, derechos humanos y de la naturaleza, políticas de inclusión social, interactividad, sociedad del conocimiento.

En el caso de Quito, la población demanda un proyecto de ciudad a largo plazo que se inscriba en las nuevas exigencias del mundo, apartando la mirada parroquial. Por ejemplo, ¿qué pasó con Hábitat III? Los candidatos a la alcaldía y las concejalías deben hacer públicos sus planes antes que sus estrategias de marca electoral.

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