Ser de izquierda

Rodrigo Santillán Peralbo

Ser de izquierda significa estudiar y analizar las realidades sociales, económicas, políticas y culturales, denunciar las formas arcaicas y mostrencas de las colectividades para proponer cambios que conduzcan a los pueblos a nuevos estadios de progreso y desarrollo sostenible, sobre las bases de principios irrenunciables: justicia social, igualdad y equidad, práctica efectiva de derechos y libertades sustentados en la justa distribución de la riqueza.


Ser de izquierda es anhelar vivir en paz, practicar la solidaridad y defender la dignidad intrínseca del ser humano y estar dispuesto a luchar por los cambios. Es entender que la participación en los procesos electorales es una forma de lucha para explicar a los pueblos la ideología, filosofía, doctrina, los principios programáticos, los planes de gobierno y los objetivos y fines que se quieren alcanzar que, ineludiblemente, deben coincidir con los fines y objetivos de los pueblos, con sus sueños y esperanzas, sentidos o presentidos.


Es asumir una ideología comprometida con el cambio, ideología que ha sido asimilada como una manera de ser, existir, pensar, sentir y percibir al mundo o la forma de entender, explicar, interpretar la realidad desde la particular visión de cada persona en su integralidad, en su mismidad y de conformidad con sus experiencias, deseos, necesidades, afectividades, conocimientos adquiridos y de su pertenencia a estratos socio-económicos, políticos, culturales, religiosos y éticos; es decir a una clase social.


El problema de la izquierda es la existencia de muchas izquierdas, cada una con sus estrategias o con una ideología retaceada y muchos líderes que se consideran dueños de la verdad. ¿Será posible forjar la unidad que propone el Acuerdo Nacional por el Cambio?


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