Mariana Velasco
La designación de ciudadano honorifico a Kim Jong- Un, por parte de la alcaldía de Guaranda, puso a los habitantes de la ciudad de las Siete Colinas en el ridículo mundial, desconociendo su historia, cuyos orígenes datan desde el siglo XVI.
Guaranda, cuna de poetas y ciudad de los eternos carnavales, respetuosa de las libertades individuales, está de pies para decirle al mundo que esa proclama no les pertenece, fue hecha entre gallos y medianoche.
Su espíritu libertario jamás podría aplaudir a un cuasi monárquico basado en la sacralización del líder que traspasa la muralla anti digital de la ‘dinastía’ Kim, construida y blindada para que nada se vea desde afuera y que flota en el aire, cual globo, sin terminar de caer sobre un ‘ polvorín nuclear’.
A este repentino experimento también se une el cantón Chillanes en la búsqueda de estrechar lazos con Corea del Norte y su líder, cuyo alcalde también recibió la invitación para visitar la península. Al parecer los gobiernos locales de la provincia de Bolívar, desconocen o se revelan a aceptar que ,la política internacional y las relaciones exteriores las define el poder ejecutivo del gobierno central.
El heredero de manera cíclica recurre a estrategias de provocación con lanzar misiles al mar o hacer pruebas atómicas para después invitar al dialogo, siempre cobijado en el poder autocrático donde nadie se atreve a criticarlo y ni siquiera a aconsejarlo.
Hablar del fanático de la NBA y del wiski escocés como defensor de la paz en la península Coreana y en el mundo, es desconocer que en la ONU se votó llevarlo a la Corte de La Haya por sus crímenes contra la humanidad.
¿Qué buscan los unos de los otros? Los problemas que aquejan a la población, actos de corrupción y una inminente campaña electoral con miras a 2019, son insumos para generar cortinas de humo y manipulaciones mediáticas con el propósito de afianzarse en las mieles del poder.
Esta vez -elecciones seccionales- será más difícil manipular a los electores que buscan candidatos probos, honestos, capaces para hacer de la obra pública un servicio para los demás. No más mentiras convertidas en verdades.