Franklin Barriga López
En su reciente visita a España, en el Foro América de Europa Press, Lenín Moreno ha pronunciado la conferencia “Saliendo del abismo”, en relación a las acciones que viene realizando en bien de Ecuador.
El título de esta disertación es por demás expresivo, revela la calamitosa situación en que recibió a nuestro país por efecto del gobierno que encabezó Rafael Correa, “a quien acusó de querer perpetuarse en el poder y responsabilizó del gasto público excesivo y del alto nivel de corrupción”, dice textualmente la noticia proveniente de Madrid.
Además, marcó distancia total con las políticas implementadas por su predecesor que en vez de estrechar vínculos con los países más adelantados lo hizo, desaprensivamente, con quienes se caracterizan por sus regímenes autocráticos, con los que se sintió identificado plenamente.
El actual mandatario ecuatoriano definió su forma de gobernar en estos términos: “Progresismo moderno, con preferencia por los más necesitados, profundizando en la democracia y un poder ejercido con transparencia”.
En nuestro medio, estas declaraciones deben producir satisfacción por su frontalidad y afanes de ir adelante, lo que puede conseguirse únicamente en marco constructivo, democrático, libertario, como lo demuestran las naciones que van a la vanguardia del éxito en el planeta. Basta referirse al colapso de lo que fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas para darse cuenta de lo que acontece a los pueblos doblegados por las mentiras del absolutismo.
Nuestra Patria requiere salir urgentemente del precipicio que ha señalado Lenín Moreno, para lo cual es imprescindible, primeramente, la solidaridad ciudadana que no debe olvidar los desaciertos de la década que en buena hora terminó.