Internet como botica

En internet se puede encontrar de todo, pero también es fácil vaciar una búsqueda por la infinitud de información discrecional, sesgada y que incentiva el entretenimiento superficial frente a lo importante. Simultáneamente, se configura un archipiélago de incertidumbres y de pocas certezas.

La red seduce, porque tiene la capacidad de atraer con la fuerza de un imán, pero también puede repeler, ya que bajo el ejercicio de la pluralidad se inflaman discursos envueltos en xenofobia, fanatismo, discriminación, denigración, celebración del sacrificio de animales, torturas y actos cargados de exotismo.

En este contexto, resulta indispensable estar preparados intelectualmente para zambullirse en internet, porque podría suceder que la navegación nos distraiga de lo esencial y nos convierta en sujetos que vibran en medio de la superficialidad, lo burdo y la trampa de convertirnos en náufragos después de agotar cualquier navegador. Pero si esto sucede en internet, solo imaginémonos qué ocurre con el proceso de producción, circulación y lectura de la data que se aloja en las redes sociales y se viraliza en cuestión de segundos por todo el mundo.

Uno de los retos es situar el debate en el rol que cada internauta juega en la sociedad del conocimiento, en el sentido de identificarse como un consumidor de información con un rol netamente pasivo o en alguien que solo comparte cualquier tipo de producto desde un comportamiento de observador sin compromiso, o en alguien que produce información y la circula en las redes con el afán de posicionar una idea, una postura acerca de cualquier tema político, económico, social o cultural.

Bajo el símil de que internet es como una botica, entonces lo que de allí se espera depende de varias perspectivas: qué hay en la esfera ‘on line’, quién busca en ese espacio, qué le recomiendan los buscadores al navegante y en qué dosis, pero además qué escoge finalmente el internauta. De ahí que uno de los retos actuales es usar la red desde distintos fines sin que ello exacerbe la violencia, la transgresión de los derechos, fabrique falsedades y ponga en riesgo una cultura de convivencia, tanto dentro como fuera de la red.

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