De paso

CARLOS TRUJILLO SIERRA

Para la especie son peligros, desequilibrios que nos hacen bambolear a todos. Para unos será importante, para otros no. Mientras más gente se preocupe de lo importante, de lo esencial, tendremos más perspectivas de paz y bienestar. ¿Cómo aumentamos nuestras oportunidades? Pensando, reflexionando, cavilando, expurgando en el verdadero significado de las cosas. Reflexionar no es lo mismo que fantasear o soñar despierto. Recuerdo en los primeros grados de mi escuela (católica y particular) en diferentes días y horas (según el maestro de turno) se nos hacía reflexionar (otros lo llamarían meditar) sobre un tema o problema en concreto.

Luego, telepredicadores evangélicos y gurús esotéricos populizarían un “minuto con Dios” o “un mensaje a la conciencia” todos (o casi) con un lenguaje paulina, intolerante, lleno de paraíso y de infierno, hasta llegar a nuestros días y sus redes sociales. Pero, antes eran los maestros los que empujaban a pensar más o menos independientemente, más o menos personalmente. Malos tiempos y malos lugares -o excelentes oportunidades- para los “pastores de despistados y borregos”.

De paso, ejercitemos la reflexión sobre: El dictador de Egipto gana su reelección con más del 97% de los votos escrutados, un paso atrás -en los años a caballo del milenio, otro dictador (en Azerbaiyán u otro país terminado en están) ganaba su última elección con más del 100%. Maduro, en Chile y en un lunes aceptó ante el Mercosur hacer un recuento de las disputadas últimas elecciones, regresó a México -dio yuca a todo el mundo- y ese mismo viernes ya juraba y se trepaba a la Presidencia. Ahora para tapar su fraude, busca tontos vivos para que compitan con él y pierdan y así él saca diploma de demócrata.

Piense: un fraude era meter votos del candidato preferido o quemar los votos del opositor. Hoy el fraude es permanente: propaganda, autorizaciones, dineros sucios y hasta el mismo escrutinio con expertos en fraudes informáticos y para terminar, piense en los niños en zonas de guerra como Siria, Nigeria, Birmania y en oposición las campañas para rescatar perritos callejeros y recibir donaciones de galletitas y medicinas.

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