Incertidumbre histórica

Rocío Silva

El filósofo francés Edgar Morin, desde su singular reflexión y su comprometido protagonismo en los debates y estudios sobre las causas del totalitarismo de estado; en su obra ‘Los Siete saberes necesarios para la educación del futuro’, descifra la complejidad de la identidad humana y sus entornos históricos en el Capítulo V – Enfrentar las incertidumbres, desarrolla su análisis a partir de cuestionamientos, de los cuales, para el tema que hoy nos ocupa, se ha extraído algunos ejemplos como los siguientes: ¿Quién hubiera pensado en la primavera de 1914 que un atentado cometido en Sarajevo desencadenaría una guerra mundial que duraría cuatro años y que provocaría millones de víctimas?, ¿Quién hubiera pensado en 1918 que el tratado de paz que se firmó llevaba en sí mismo los gérmenes de una segunda guerra mundial que estallaría en 1939 ?, ¿Quién hubiera pensado en la prosperidad de 1927 que una catástrofe económica, que inició en Wall Street en 1929, se desencadenaría en todo el planeta ?, ¿Quién hubiera pensado en 1930 que Hitler llegaría legalmente al poder en 1933 ?, ¿Quién hubiera pensado en 1943, en plena alianza entre soviéticos y occidentales, que sobrevendría la guerra fría entre estos mismos aliados tres años después?, ¿Quién hubiera pensado en 1980, a parte de algunos iluminados, que el Imperio Soviético implosionaría en 1989?

Y si tomamos la ruta del cuestionamiento para enfrentar la incertidumbre histórica del Ecuador actual, ¿Quién hubiera pensado que el Rafael Correa que un 25 de marzo de 2014, vociferaba que la CIDH no tiene atribución para dictar medidas cautelares, sea el mismo que pediría protección al cabo de cuatro años a la CIDH, porque considera su situación de «extrema gravedad, urgencia y peligro de sufrir daños irreparables a sus derechos a las garantías judiciales, a la libertad personal y a la libertad de circulación”? Cuestionamientos como éste, obligan a quienes ostentan el poder político, a llevar a cabo una revisión de sus acciones, repercusiones y por sobre todo entender que el poder no es eterno.